domingo, 26 de septiembre de 2010

Foto en NY


Hay postales de la ciudad de los rascacielos que nadie, en su cámara, es capaz de perderse, la instantánea de un paseo por Central Park o aquella, mas cinematográfica, en que dos se sientan en un banco para ver amanecer frente al puente de Manhattan. La foto de la semana es otra con alfombra verde, sillones al estilo inglés, de aquellos de los clubs de caballeros, pañuelo de bolsillo en forma de trapecio, complemento que por aquí no se ve mucho, y una mesita presidida por una bandera solitaria. El escenario también estaba desfasado y la entrevista sólo duró media hora, pese a la expectación creada. Era el encuentro bilateral España - Marruecos. Mientras a Mohamed VI su séquito le puso en la maleta la enseña de mesa, al presidente del Gobierno español se le olvidó, y luego para tratar de arreglarlo, vino un balbuceante José Antonio Alonso a responder ante la prensa: " ¿Qué colocara la bandera de quien?, mire no se… ¿pero porque me lo pregunta? es que no alcanzo a entenderle la pregunta, pues mire no lo sé, si estaba la bandera de Marruecos o si la española o donde se produjo el encuentro". Mal informado está, no practica la sana costumbre de leer la prensa, porque ha sido portada de los diarios, o más bien echa balones fuera, ¿tiene que ver algo el lugar donde se reúnen dos delegaciones para que alguien coloque su bandera nacional? Llama más la atención de escuchar esto de alguien que fue Ministro de Interior y de Defensa y ahora es portavoz socialista en el Congreso. Del bloqueo que sufrimos los melillenses este verano no se entro en detalles, tampoco de la apropiación de la tierra de nadie, o de cómo empiezan a llegar de nuevo inmigrantes a estas costas, de fondo nada, en cambio mucha sonrisa porque ya saben que lo importante es la foto, como dijo Rodríguez Zapatero. Los contactos seguirán entre ministros y monarcas, aun sin fecha confirmada. El asunto que cada día baraja Rabat, es un cambio de inquilino en La Moncloa, con lo cual sus aspiraciones se verían mermadas tanto como llevar a cabo el plan que esta semana denunciaba "La Razón", en referencia a que "quieren rendir Ceuta y Melilla por asfixia económica". Simplemente queremos saber qué medidas se adoptaran para paliar esta situación. Al día siguiente estuvo con los trece hombres de las finanzas de Wall Street, antes eran especuladores y para la prensa son tiburones. A estos les trae sin cuidado las palabras huecas de los políticos, quieren resultados y estos ni con dos tardes, como dijo aquella lumbrera, se consiguen. La imagen sonaba a la recuperación de Septiembre, pero hay que aprobar. Y es que como hemos visto cientos de veces en la gran pantalla, Nueva York encandila como en aquellas imágenes en una terraza de un alto edificio con las luces de la ciudad al fondo. Tal vez deslumbre y se pierda el norte, claro que para recuperar el camino hace falta mucho empeño, y siempre aportar grandes dosis de dignidad. Otros no necesitan la brújula, su rumbo esta marcado, el nuestro se perdió y eso huele.

Angel  Gil

domingo, 19 de septiembre de 2010

Espíritu melillense


Quinientos trece años siendo España no es algo baladí, significa el deseo de sus habitantes y poseer la madurez de un pueblo antiguo. Siempre habrá un antes y un después del primer 17 de Septiembre. En la figura de Pedro de Estopiñán se homenajea al pueblo a todos los demás que, durante cinco siglos, siguieron viniendo aquí, se establecieron, fundaron sus propias familias y también a los que fueron capaces de dar sus vidas para que sigamos respirando el aire en este suelo. Esta tierra ha sido para muchos el sueño melillense y para todos una Ciudad que ha ejercido una amplia influencia en la historia de España. La concentración de hace un mes frente a la Delegación del Gobierno, convocada a través de facebook, es sin duda el germen del espíritu melillense, expresando el manifiesto: "Siento la satisfacción, al igual que vosotros, de ser melillense, española, de pertenecer a una nación libre y ser una ciudadana, no una súbdita. Esta tierra desde la que hablamos tiene 513 años de vida española, en definitiva de un nuevo amanecer, tras ser tierra de nadie, para formar parte de una nación por historia, derecho, cultura y deseo de los que ayer, hoy y siempre habitaremos estos kilómetros cuadrados. Los melillenses, a pesar de nuestra Constitución, nos sentimos alejados, padecemos el olvido de un Gobierno y de nuevo, como en estos días, sufrimos el bloqueo, las apetencias de un Reino como es Marruecos, del que nada nos une y el cual solo, solo será nuestro vecino, pero jamás, porque así lo queremos los melillenses, perteneceremos a él. ¡Somos ciudadanos, no súbditos!. Porque esta tierra es española tanto o más que los que aquí vivimos, ha llegado la hora que como pueblo, exijamos no mas presiones de los ajenos y no más soledad de los propios. Hace quince años, la unión de los melillenses logró que fuéramos más iguales, alcanzamos nuestro Estatuto de Autonomía y seguimos queriendo transformarnos en Comunidad Autónoma. Por todo ello ha llegado la hora que Marruecos respete la soberanía española, que ningún hombre de paja nos ningunee ni siquiera con la amenaza de un nuevo bloqueo, pero tampoco que aparezcan líderes carismáticos que negocien, sin representar a nadie, sobre nuestra vida diaria. Melilla, en esta tarde, quiere que su voz cruce el mar, y que escuchen nuestras peticiones, allí en esa otra orilla. Los melillenses queremos fundirnos en un abrazo con las fuerzas y cuerpos de la seguridad del Estado y agradecerles que velen por nuestra seguridad, por nuestra libertad. ¡No mas vejaciones a la mujer!, tampoco a aquellas que visten el uniforme policial. ¡Somos una nación libre no un pueblo sometido!. ¡Dejadnos vivir en paz, ser lo único que queremos ser, españoles, no somos moneda de nadie, no admitiremos chantajes ni olvidos!. ¡Por nuestra dignidad como pueblo!

Ángel  Gil

jueves, 16 de septiembre de 2010

Divorcio …espera

Aquella imagen del alegre divorciado, con guitarrón mexicano y puro-que malos tiempos para los que echan humo- parece que ya es mero recuerdo tanto o más que aquellos locales donde presenciábamos despedidas de casadas con strippers bailando y acumulando monedas en cualquier sitio menos en un monedero del que carecen. Ríanse del crack del 29, porque ahora sí, con los vientos que soplan que se llevan todo, la ruptura matrimonial puede esperar, tal vez a épocas de bonanzas cuando las vacas estén gordas, los bancos dadivosos y los hispanos empeñados hasta las cejas. Mientras aguantar y diálogo mucho diálogo, y de lectura las cartas de amor inéditas de Jorge Guillén, aquellas que dicen: “Cherie: Y lo maravilloso es que, aquí de mi mujer pasada tomo toda mi ansiedad hacia la que me va a llegar, muy nueva, no desconocida, sino mas que conocida, y segura”. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), por tercer año consecutivo se percibe una considerable caída en el número de rupturas matrimoniales. Las soluciones de cuartos separados, compartir un mismo techo pero tu tú vida y yo la mía, llenar las horas con entretenimientos o preservar una imagen de cara a la sociedad, no llena a ningún hombre o mujer. Son las falsas apariencias cuando el problema, por interno, no se resuelve y el mundo entero pasa soberanamente de aquello que ocurre cuando echamos más de dos vueltas a una puerta. En épocas de recesión se mira también en esto el maldito parné y cuando las cuentas no cuadran pues el divorcio puede esperar. El pensamiento es libre y más de uno o una se imagina si fuera divorciado/a cuantas cosas haría. Cambiar de look, ponerse ropa de quinceañeros, hacerse la estética, frecuentar la noche y regresar a la hora de los panaderos, y todo aquello que se quiso pero no pudo llevarse a cabo. Mientras estalla la guerra fría, en terreno de terceros o con la crisis de los misiles, pero con el colchón de la familia, a manera del Plan Marshall, y que nunca decaiga. Pero también saben que aquello que no se arregla se encona y aún desconocemos que es peor, más aún cuando hay hijos que deberán de soportar los roces de ambos o el disimulo que, en definitiva, es engañar a los menores. El darse un tiempo, de otros momentos, pasa ahora a esperar que nos podamos soltar varios puntos del cinturón de la crisis y entonces seré libre. Como si por muy mayores que seamos esto fuera tan fácil y no tuviéramos que tener responsabilidades. El divorcio express tuvo su momento, tan fuerte como el café negro pero tardó menos que aquellos trenes a su paso por la estación de Campanillas. De momento las custodias son abrumadoramente mayoritarias a favor de las madres, y las pensiones alimenticias, lo son casi en la misma proporción, pagaderas por el padre. Los divorcios, hoy por hoy, van en caída libre, después del premio de la montaña del año 2.006. En esta sociedad hay prioridades y la primera es el trabajo, está claro que sin ello es difícil salir adelante, pero no lo es todo, ya que el amor permanece mas allá de esas ocho horas mínimas que dedicamos a ganarnos el pan, y además no pasa nunca.

Ángel Gil