domingo, 23 de septiembre de 2012

Más Esperanza
Cuando en Melilla conmemorábamos nuestro Día, en Madrid, Esperanza Aguirre anunciaba que se iba por razones personales. En su mejor momento pero, sobre todo, con el apoyo del pueblo, no puedo creerme que cambie Sol por muchos lunes de parques infantiles con el Lorenzo allá arriba. Dicen que estuvo a punto de no ser cartel en las últimas autonómicas y que maduraba su decisión desde antes del verano pero nos ha sorprendido, tal vez porque los políticos llegan muy rápido, y su despedida, para la mayoría, es a paso de tortuga. Cuando muchas cosas se hacen bien, el vacío que se deja es inmenso, así Madrid durante su Gobierno, se ha hecho más libre y más rica, en la incluimos una periferia mejor comunicada entre sí y con el resto, a la cual se le ha caído el rojo de su cinturón. Por el balance de su gestión, los cargos desempeñados, el peso en el PP y el convertirse en un referente ideológico y moral se la puede calificar como la mujer más importante de la política española desde 1.977. A partir de ahora, con su partida, ya nada será igual, también en su partido. Uno de los rasgos más sobresalientes de Esperanza Aguirre es la coherencia, y esto es extraordinariamente difícil en una sociedad donde lo que se lleva es escurrir el bulto y ser políticamente correcto, decir si bwuana al de turno y sobre todo estar. Alguien que defiende la bajada de impuestos, la reducción de gastos en las administraciones o que se posiciona contra la vergüenza del caso Bolinaga, ya está cansada de ser ese pepillo grillo pero en castizo. Como el añorado Antonio Mingote, que la califico de Esperanza nuestra en una intervención en un foro de comunicación. En fin una triunfadora.Y de la mas al menos, aunque se llame Arturo y no haga honor a su apellido. ¡A lo que hace llegar la idiocia y el mirarse el ombligo!, la soberbia de llamar embajada lo que es un centro cultural y el analfabetismo de quitar la bandera de España, cuando ésta se inspiro en la que él dice defender. CIU vuelve a sus fueros, perdón, que no querían los de vascos y navarros al aprobarse la Constitución al tacharlos de antiguos y ahora con Arturo, sí que los quieren. La pela es el euro y qué más da, sona y bien que sona.  El pueblo se aleja de estos nacionalistas que intentan con la estelada tapar sus fracasos económicos y encima pedir una independencia, cuando olvidan que la soberanía reside en el pueblo español. Messi, seguro que estará descontento, y se preguntará ¿contra quién jugaré?. ¡Si Cambó levantara la cabeza!, sentiría vergüenza del aldeanismo que esta casta política ha convertido su región. El símbolo de CIU debe ser cambiado, no solo porque la sonrisa se está invirtiendo, sino porque sería más apropiado ese burro autóctono, el cual se encuentra en peligro de extinción. Los que, en cambio, movilizan al turismo son los universales Salvador Dalí, y Antonio Gaudí. Menuda semanita, y ahora otros, pero al sur del sur, cierran un rato la frontera de España y Marruecos en Melilla, pidiendo lo que no es suyo. No hay que desmerecerlos, sino simplemente que nuestro Gobierno sepa responder. Más Esperanza, pero Aguirre. Ángel Gil