Hace veinticinco años no todo era igual.
Entonces se aprobaba en España el ancho de vía internacional, nos instalábamos
de forma permanente en la Antártida o se aprobaba la Ley de Reproducción
Asistida. La década de los ochenta se iba después de tantas movidas. En 1.988
llegaron, por vez primera, a Melilla los contenedores de Maersk, la naviera más
importante del mundo. Vinieron de la mano de la Consignataria de Buques,
Carmelo Martínez Rodríguez, matriz melillense de un grupo familiar de empresas
que están a punto de cumplir cien años. Maersk ha pasado de mover en Melilla
trescientos contenedores en 1.991 a más de ocho mil en el pasado año. Estos
datos, en si mismo considerados, suponen la apuesta de la naviera danesa por
Melilla y los planes futuros que en breve llegaran. Por eso escuchar de Kent S.
Hagbarth, Consejero Delegado de Maersk, que están satisfechos con el negocio en
Melilla y que podría invertir aquí mas es sin duda la mejor noticia que podemos
recibir con los tiempos que corren y las noticias tan desalentadoras que a
diario nos llegan. Nuestra Ciudad, para salir de la situación actual, no tiene
más camino que buscar la inversión empresarial en diferentes sectores, con lo
que ello conlleva en cuanto a la creación y consolidación de puestos de
trabajo, el despegue y la confianza en su futuro. En el mundo de la empresa, veinticinco
años, no es nada sencillo, detrás hay muchas horas de trabajo, de
incertidumbres, de logros, de altas y bajas, de exponer un capital sin tener a
ciencia cierta si al final la nueva línea de empresa será un éxito. Mirándolo
desde fuera, entiendo que el empresario es de otra pasta y es capaz de
amortiguar los golpes, creyendo en el servicio que ofrece o el producto que
comercializa. De eficaz se puede calificar la campaña de comunicación que la
empresa Carmelo Martínez Rodríguez ha llevado a cabo como consecuencia de este
cuarto de siglo de Maersk en Melilla, y muy en particular el video promocional,
que se ha centrado en el servicio a la ciudadanía, conformándose el servicio
marítimo como un motor para el desarrollo integral de esta tierra. Melilla debe
centrarse en su fachada marítima no solo como proyecto de Ciudad, que ya es una
realidad sino en todo el potencial que el puerto ofrece teniendo en cuenta la
competencia que desde el vecino Reino llega. Enhorabuena a Carmelo Martínez
Rodríguez por la celebración de esta semana, primero por ser una empresa de
aquí que desde hace casi un siglo ha creado empleo, por dar progreso a esta
Ciudad y convencer a Maersk, a la que igualmente felicitamos, que esta tierra,
empresarialmente, es fiable y la han convertido en la conexión de Melilla con
el mundo desde hace veinticinco años
Ángel
Gil