La Semana Santa que hoy finaliza y que
da paso a la Pascua de Resurrección se ha caracterizado en Melilla por una
mayor afluencia de público en los diferentes desfiles procesionales, lo que sin
duda da aliento a los cofrades, portadores y costaleros en su esfuerzo por
sacar los Tronos. En lo meteorológico se ha mantenido, salvo el Domingo de
Ramos en el cual no salieron ni la Pollinica ni la Esperanza, aunque con la
mirada puesta en el cielo y en las informaciones del tiempo ante el temor que
el temporal de lluvias que descargaba en el sur de la Península llegara a esta
costa. Eso al final no ocurrió, aunque se sigue con la incógnita de la amenaza
de precipitaciones para la presente jornada. Pero sin duda que el hecho más
comentado en todos los círculos de la Ciudad han sido los insultos que, un grupo
formado por cuatro hombres, dirigieron el pasado Viernes Santo, durante su
Estación de Penitencia, a la Virgen de la Soledad en la calle López Moreno de
Melilla. Un buen ciudadano, cliente en ese momento del establecimiento
hostelero, recriminó la actitud a lo que fue respondido con lanzamiento de
botellas, vasos, platos, sillas y mesas, ocasionando hasta seis heridos. El
desconcierto que se creó llevó a situaciones de ataque de nervios y ansiedad
sobre todo en los más pequeños, mientras familias corrían en estampida buscando
un lugar seguro. Los autores de tan lamentable intolerancia están detenidos. En
la mañana de ayer, Sábado, mientras era el tema de tertulia en Melilla y en las
redes sociales, había algunos que trataban de ocultar la realidad, minimizándola
y lanzando balones fuera como si de un mal partido se tratase, para en la tarde
y a regañadientes, aceptar la evidencia ante la reacción popular y la
publicación en los diarios digitales nacionales de las ofensas a la Virgen de
la Soledad. Aquellos que han repetido, desde el momento en que sucedían los
hechos, que no pasaba nada para luego rectificar que sepan que ya es tarde y
que han caído en el más absoluto de los ridículos. Actuar como el avestruz
nunca ha sido una buena solución para afrontar los problemas cuando han tenido
tiempo para tomar las decisiones que todos esperábamos. El hecho es tan sumamente
grave que se merece que la Ley caiga sobre quienes lo perpetraron además de una
rápida respuesta, en general, de la sociedad melillense y en particular de la
Cofradía de la Soledad y de la Agrupación de Cofradías, cuyas respectivas
Juntas de Gobierno, ya han debido emitir un comunicado desaprobando los
insultos y altercados, así como personarse como acusación particular y popular,
además de promover un acto de desagravio a la Virgen de la Soledad. Merecedora
de aplauso ha sido la postura que ha mantenido la Comisión Islámica de Melilla
condenando estos hechos. Melilla siempre se ha caracterizado por una modélica
convivencia, basada en el respeto, entre las diferentes religiones que la
componen. Por lo que lo acontecido la noche de autos en nada favorecen esta
sociedad que nos hemos dado exclusivamente los ciudadanos. La intolerancia no
tiene cabida en un Estado moderno ya que quienes adoptan esos caminos se
apartan de la convivencia y libertad religiosa
Ángel Gil