Cuando
te vimos partir de esta costa que mira a la otra tuya tuvimos
sentimientos encontrados, debiamos respetar una decisión pero nos
sentiamos impotentes ante un adiós. Entre todos los que aquí
dejabas hicimos un coctel de rabia, inconformismo e incredulidad.
Fuimos egoistas, tal vez pensando que lo bueno dura siempre y como
tal no deseabamos compartir. Manolo todos somos capitanes, ante un
mar en calma, pero cuando no tenemos claro a donde dirigirnos y el
viento sopla, nadie se agarra al timón. Aunque siempre es mejor
caminar que parar, mejor pensar teniendo criterio a que nos impongan
algo. Eres ese sembrador que esparce en buena tierra, cual a ciento,
cual a sesenta y cual a treinta por uno. Esa es la obra que permanece
en esa mujer que consolaste o en aquel hombre que acudió a tu
despacho pidiendo un consejo, en la sonrisa que repartistes, desde la
docencia en las aulas del Campus de Melilla, visitando a los
enfermos, siendo director espiritual o en la homilias que tu, casi
sin saberlo, logras que alimenten al ser humano. Hoy en este 2.014
podemos decirte que hemos crecido en la fé desde la horfandad frente
a incomprensiones de quienes tratan de excluir sin motivo, sin
conocer y además, debiendo hacerlo, no predican con su ejemplo.
Gracias a Dios hay Pastores que sí cuidan de su rebaño. Los que
hicimos aquel coctel fuimos personas anonimas a los que tu supistes
escuchar, encontrandote siempre, a los que entregaste amor,
enseñanzas, caridad, comprensión. He podido seguir tus pasos por
ese pueblo de pescadores al que te enviaron, ver como has logrado
seguir levantando una Parroquia que se llena de hombres y mujeres que
buscan la Palabra porque, igual que en Melilla, abres puertas y
corazon a todo el que llega. Sacerdotes como tu, hacen que quienes
estuvieron retirados de la práctica retornen, los que dicen ser
ateos creen en Jesús y quienes tienen fé la acrecienten. Manolo, ya
no estas tan lejos fisicamente, podemos callejear contigo aunque sea
entre niebla, ver el monumento a la peseta, compartir mesa siempre
aprendiendo de tu ejemplo u observar a ese Cristo moreno que en tu
Iglesia ya tiene otro lugar para terminar orando a la Virgen del
Carmen. Esta semana nos ha llegado la buena nueva y no me sorprendió.
Ya eres Arcipreste de Fuengirola-Torremolinos. El Sr. Obispo de
Málaga, D. Jesus Catalá, te ha elegido y los beneficiarios de todo
sera esa mies de la Costa del Sol. La sociedad de nuestro tiempo
precisa esta Iglesia caminante, cercana, que ora y trabaja, a la que
no siempre se la escucha ni comprende, y que desde siempre ha
encontrando en la ayuda a los mas necesitados su razón de ser y su
contribución al mundo. El cual no debe perder valores y con ellos
transformar la Tierra para luchar contra las desigualdades que nos
azotan. Las redes sociales tambien expresan su sentimiento de alegria
y oraciones por tu nueva responsabilidad a los que tu respondes que
esperas que sea una nueva oportunidad para servir mas y mejor a la
gente que se te ha encomendado. La amplia familia de sangre a la que
perteneces esta teniendo, de nuevo, en estos dias otro motivo de
satisfacción, a ellos felicitaciones y el agradecimiento por haber
formado a una persona como tú. Desde este trozo de este país del
sur, brille la luz con tu nombramiento. Enhorabuena Manuel Jimenez
Barcenas, Arcipreste.
Ángel
Gil