domingo, 27 de noviembre de 2016

¡Cuba libre!


¡Los castro aun mandan en La Habana!. Los barbudos derrotaron a Batista pero bajaron de Sierra Maestra con las mordazas a cuestas para repartirlas a todos los isleños. Dieron un golpe a las timbas y quitaron las pajaritas de los esmoquin para llenar de sudor las guerrilleras y terminar los sátrapas enfundados en chándal de chillones colores. El ocaso de los dioses. Fidel Castro suena a opresión, balseros, hambre, atraso, a disidentes, a muerte, a exiliados. ¿Por qué llaman presidente a alguien con este historial?. Cuba se queda como una prisión donde el silencio impera y quien pueda… se va a Miami a respirar aires de libertad. Esa que se aspira en el Versalles pero que han cometido el error de celebrar la muerte de quien sembró eso. 1.959. En una mesa del Florida un agente de la CIA preguntaba ¿quién es Castro?, ¿es comunista?, y un cazanoticias le contesto: en Rusia el comunismo es aburrido pero en cambio lo traes aquí, al Caribe y cha cha cha. Eso vendió Fidel Castro como marca en las largas noches del Tropicana pero pese a resistir en Bahía Cochinos y al conflicto de los misiles sumió a los cubanos en el embargo. La Habana se hacía más decadente y hacía morir sus sueños en el viejo Malecón.  Por eso hoy, más que nunca, resuenan las palabras santas de Juan Pablo II pronunciadas al pisar suelo cubano... “acompaño con la oración mis mejores votos para que esta tierra pueda ofrecer a todos una atmósfera de libertad, de confianza recíproca, de justicia social y de paz duradera. Que Cuba se abra con todas sus magníficas posibilidades al mundo y que el mundo se abra a Cuba, para que este pueblo, que como todo hombre y nación busca la verdad, que trabaja por salir adelante, que anhela la concordia y la paz, pueda mirar el futuro con esperanza”. La isla no puede vivir aislada por un régimen que la asfixia e hipoteca vidas y progreso. Tras la muerte de su autor y con su heredero en la figura de su hermano no les queda más salida que abrir un diálogo con la otra Cuba, la de la disidencia, para que juntos puedan tirar las rejas, iniciando una transición y un periodo constituyente de la Cuba de todos. De aquella que con el turismo, tabaco y caña puede dar el pan que todos necesitan olvidando el racionamiento que el régimen ha impuesto. Dos por uno, ¡márchese Raúl si es que alguna vez quiso a los suyos!. Trump como presidente electo de EE.UU debe ser solo un buen observador de si se produce un cambio en la Isla y el Vaticano puede mediar en una solución social al conflicto que enfrenta a los hermanos cubanos entre sí.  ¿Quién va a revolucionar si allí no hay quien se mueva?. "Mientras suena “Nuestro día ya viene llegando” de Willy Chirino como hilo musical de la libertad, ayer en las redes sociales podíamos leer… "Si Celia Cruz pudiera estar aquí", "Mi negra linda, ya llegó la hora", "Celia, tu Cuba será libre", “Para Cuba, hoy amaneció una mañana con un nuevo sol lleno de esperanza”
Ángel  Gil

viernes, 25 de noviembre de 2016

Te controlo solo lo justo

La mañana comienza temprano en el instituto. Semana de exámenes en un segundo de bachiller con PAU, nervios y todo a la expectativa para alcanzar la nota y hacer la carrera que desean. Marta quiere estudiar relaciones internacionales y lleva poco tiempo con un chico algo mayor que ella. Todo son atenciones, la espera a la salida de clase y luego por la tarde en su portal y se dan un paseo. Su casa, como dice ella, es un rollo, todo son normas… que hazte tu cuarto, que a las diez se cena, recoge tu ropa, pero con Manuel todo cambia. Ella es el centro, no la deja y con la gente de toda la vida ya se la ve menos. Marta reconoce ahora que son unos niñatos, están rallados, le aburren y sus amigas, se muestran envidiosas porque está con Manuel. El se ha dado cuenta de todo y mantiene a Marta alejada de toda esa gente. El mundo, juntos, es diferente, Marta es la princesa y tanto se preocupa por ella que incluso le dice que ropa debe ponerse. Todos la notan distinta, antes su tops, las minis en verano y ahora guay, siempre vaqueros pero no ajustados que los otros, los del insti, miran y Manuel no quiere y se pone celoso. Por eso va con ella de tiendas y tanto la quiere que le pone un whatsaap, antes de salir, para preguntarle a Marta que ropa se va a poner. Y es que ella no se entera, pero Manuel si está en el rollo. En su casa todo el día se pasa hablando de su chico, donde la lleva, no se separan un momento y en cuanto cumpla dieciocho años se van de viaje. Sus padres sí que notan algo raro, es normal que ellos solo quieran su felicidad pero Marta ha cambiado mucho. No está mal que salga con alguien, ¡está en edad!, pero no debería dejar de lado a sus amigas de siempre, del colegio, con las que ha compartido tanto. Si podemos calificar a Marta, diríamos que siempre ha tenido un criterio, desde que apareció este chico se amolda a todo, a sus gustos, sale sí, pero con su círculo, el de Manuel, pero ¿y el de ella?. Una tarde regresó a casa antes de la hora habitual, su madre le extrañó y la noto contrariada, dio un portazo y se encerró en su cuarto. Al abrir la puerta, su madre, noto en el antebrazo un pequeño morado, y al preguntarle, contestó que le empujaron al bajar las escaleras de clase. No pasaron ni cinco minutos y dice a su madre, desde la puerta, me voy. Baja deprisa la escalera mandando whatsaap a Manuel y pensando que ha sido mala con él, por eso y solo por eso el la ha agarrado del brazo y le ha dicho “entérate a mí siempre me haces caso”. Y es que Marta estaba hablando con una amiga y le dijo a Manuel espera que voy a su casa a recoger unos apuntes. Ahora al salir del portal el salió entre coches y la paro, ella le miró y le dijo perdóname, y él le soltó una bofetada, ¿por qué me pegas?, respondió Marta, corriendo volvió sobre sus pasos y se metió en el portal, aun no cerrado. A su mente vino aquel anuncio de la tele, sus padres y toda su gente, ahora entendió que eso no es amor, es perder tu personalidad y dejar de ser tú. Ángel Gil  

domingo, 6 de noviembre de 2016

Javier García Vandewalle



Se ha ido uno de los nuestros, de esos que visten la Toga como sagrada prenda para luchar por los derechos ajenos desde la prudencia, templanza, humanidad, honradez profesional y las buenas formas. La abogacía es más que una Demanda o unas conclusiones en una Vista. Son horas de confesionario en el despacho, de elaboración a estudio lento, artículo por artículo, de contrastar doctrinas, de hallar Jurisprudencia y de comprender a ese hombre o mujer que recibes. He tenido la suerte de conocer a mi compañero, el abogado, Javier García Vandewalle, su familia y la mía supieron respetarse desde el cariño y la admiración y en los últimos años de su vida le trate más intensamente. Comenzábamos y terminábamos hablando de Derecho, de relatar anécdotas en los estrados y de consejos procesales que sigo agradeciéndole. Percibía en su mirada su experiencia, en su sonrisa ese tono que todo caso necesita y en la expresión de su cara la vocación que hizo suya con la mejor herencia que su padre le paso como testigo. Con su adiós, la abogacía melillense pierde un estilo de ejercicio y la sociedad a un buen ciudadano. García Vandewalle supo disfrutar de las pequeñas cosas de esta vida, de navegar hasta el Cabo en su barco, de hacer la compra diaria en su coche o de llegar hasta Chiclana para estar con su familia. Pero a Javier no se le concebía solo, a su lado Mari Loli, su mujer, la roca firme de su hogar ante vendavales cotidianos, compañera en el camino y también esa “enfermera” que sanaba con amor sus problemas en las piernas. La última vez que le vi, ya ingresado en el Hospital, seguía necesitando, a su lado, la presencia de Mari Loli pese a su grandeza física y moral. Aquí deja a sus hijos, María Dolores y Javier, que sabrán llenar el hueco en su casa. En la obra del S. XVIII, “Ciencia del Foro”, parece describirse a García Vandewalle…“es necesario que el abogado este dotado de un corazón recto y puro, de constancia y paciencia en sus trabajos, de vigilancia y fidelidad para con sus clientes, de integridad en sus consejos, de generosidad  y franqueza en sus acciones, de pudor y modestia en sus palabras, y de grandeza y elevación de alma en todas sus acciones y modo de pensar”. En la Iglesia del Pueblo pude advertir la fe sólida de Javier, en ella encontró un modo para superar su lento caminar o para hablarte con esperanza de la sanación de su nieto Javier. Este pintor que con sus pies puede acercarnos Toledo en un lienzo y que le sacaba al abuelo la mejor de sus sonrisas. Nos quedamos con lo aportado a la Administración y a la abogacía, con el cariño que a todos brindaba y con su hablar lento pero convincente como su verdad. Esta que hacía inolvidable un almuerzo entre amigos o como nos acompañó en nuestra segunda boda. Luis Abellán y Javier García Vandewalle me han enseñado que detrás de la Toga siempre queda el alma. Con la Venia
Ángel  Gil