Alcalá de Henares respira ese aire de D. Miguel. Su casa, sobria,
manchega, parece esconder en cada esquina el alma del licenciado, el corazón de
Dulcinea o al caballero de los espejos. Lo cuerdo y la locura, como el mal y el
bien, templar a unos molinos o gestionar la Insula. Malandrines, ¡Cuántas
merecen ese trato para bien de los ciudadanos!.Releamos a Cervantes. “La
libertad, Sancho, es uno de los más preciados dones que dieron los cielos”. La
real, sin ataduras, aquella que te hace pensar sin perder la dignidad. Y que se
expresa también en la literatura como faro salvador de muchas de las tormentas
en palabras de Ana María Matute. O que puede conducir como decía Camilo José
Cela, a escribir o hablar desde la soledad. Esta que acompañó por los viejos caminos
de Castilla a hidalgo y escudero. “Amor y deseo, son dos cosas diferentes; Que
no todo lo que se ama se desea ni todo lo que se desea se ama”. Hacer será
siempre mejor que ser testigo mudo en las blancas páginas de tu vida, por eso
D. Quijote amó la ensoñación de una mujer y deseo en el imaginario castillo el
armarse caballero. “¿Qué
locura o qué desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que
decir de las mías?”. Los siete pecados capitales, tan nuestros, el mirar la
mota sin caer en la viga. Aquí Cervantes vuelve a demostrar el conocimiento
profundo de los males de su tiempo que varios siglos después parecen
perpetuarse. Alcalá de cigüeñas que miran altivas la obra permanente de
Cisneros, su Universidad. Simbólico conjunto de fachada y Paraninfo, donde aspirantes
a doctores velaban nervios para salir victoriosos de su espacio. Cerca, sobre
la escena, lo clásico, Corral de Comedias y al otro lado, la Capilla del Oidor.
Sumérjanse en personajes cervantinos, sea por un día debajo del sombrero ese
Don Lope, que nos lleva de la noche oscura en que el hombre es sorprendido y
hecho cautivo, a la noche de la libertad. “Escuchadme,
los de Orán, caballeros y soldados, que firmáis con nuestra sangre vuestros
hechos señalados”. Pasee por los soportales de la Calle Mayor y no olvide una
parada ante un trozo de la ruta judía y el lugar donde estaba la Sinagoga.
Sefarad, la misma España. Su recuerdo, voces y cantos, la lengua, cultura de
todos. Pare a pensar el legado de sus mayores desde que comenzó a balbucear,
disfrute con la rica lengua española al hablarla, leerla o escribirla, usted es
un privilegiado por tener como idioma materno el mismo de Quevedo o Azorín, Lope
y Garcilaso, el de Manuel o Antonio Machado, Zorrilla o el de aquel que
escribió las Rimas o que como Muñoz Seca puso en escena una venganza en comedia.
Ortega, Marañón, Peman, Rubén Darío o Mario Vargas Llosa, da igual son de aquí
y de allá. La del alba sería…
Ángel Gil