Llegaba la hora Sexta. En el Sagrado Corazón la luz
del sol ilumina a dos Cristos, frente a frente, el de la Vera Cruz y el del
Socorro. Historia, cultura y fe de Melilla. El primero acompañaba desde Sanlúcar
a Estopiñan cuando mediaba Septiembre y hacía falta volver unos ojos a los Suyos
dando gracias por la travesía y por la misión que desde entonces hasta ahora
aún queda por hacer. Inexpresivo, sin corona pero con majestad, ojos cerrados
al estilo románico pero con los tres clavos que nos acercan a lo gótico. El
segundo, el del Socorro. Nos trae el recuerdo de la Vieja Melilla con antorchas
al amparo de las murallas, mirando el Cabo con la súplica del ansiado correo. Y
cuando se acercaba el barco al Torreón del Bonete sus ocupantes creyeron ver la
Plaza en otras manos y entonces, los moradores en pleno Paseo de la Parada
elevaron al cielo la imagen de ese Cristo tallado por un capitán de la
guarnición. Melilla seguía viva, envuelta en algodón y sigilo. Bajo la mirada
de su hijo, la Patrona de Melilla preside el Altar Mayor de la Iglesia
Arciprestal. Es una Virgen galeona que ofrece al Divino Niño y que ha sido
desde siempre la protectora de este Pueblo. A quien concede la Victoria frente
a asedios, terremotos, o enfermedades. Estos días con ocasión de la celebración
de los Cursos de Verano se ha ofrecido a alumnos y profesores la oportunidad de
realizar visitas culturales, entre ellas la “Ruta de los Templos”. Esta
interesante iniciativa fue creada por el Patronato de Turismo y permite que
conozcamos la diversa realidad cultural y religiosa que disfruta Melilla. Una
de las características de los melillenses es la convivencia modélica entre
hebreos, hindúes, musulmanes y cristianos. Pero esta semana y en este medio de
comunicación hemos podido observar un error cometido por el Patronato de
Turismo, la exclusión de un Templo, el cristiano de la mencionada Ruta. Las
obras que se llevan a cabo en la primera Parroquia de nuestra Ciudad, la de la
Purísima Concepción, ni puede ni debe ser óbice para que una parte importante
de la población de Melilla, la cristiana, quede fuera de la “Ruta de los
Templos”. Solo por contemplar desde el arte y la fe las imágenes con las que
abríamos esta columna merece que se subsane este grave error por parte de la
Ciudad Autónoma de Melilla y que se incluya el Sagrado Corazón en la mencionada
“Ruta” para el disfrute de todos y muy especialmente de quienes llegados de
otros lugares buscan conocer nuestra historia. El silencio de la autoridad
eclesiástica no es positivo como tampoco el que nosotros miremos para otro lado
y perdamos parte de nuestras tradiciones y la esencia de Melilla. España es un
Estado aconfesional como dice la Constitución y la libertad religiosa que entre
todos nos hemos dado no permite una exclusión de una parte de la fe de este
Pueblo. Mal camino que solo merece una subsanación por parte del Patronato de
Turismo que con su olvido omite el recuerdo de tantos melillenses que nos
precedieron y su legado vivo
Ángel Gil