domingo, 23 de junio de 2013

…y Victoria bajo al Llano

Algunos consideraban a la Virgen de la Victoria en un solo aspecto, el religioso, pero esto no abarca la realidad en su conjunto. Es además de historia un hecho sociológico que, tal vez estaba ahí y había que recuperarlo. La Junta de Gobierno de la Real y Franciscana Congregación de Nuestra Señora de la Victoria, consciente de ello, ha tenido a bien bajar al Llano lo que se conserva en el corazón profundo de El Pueblo, y no solo entendido como el lugar físico de la Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción, sino lo que es de todos porque ha formado y sigue formando parte del interior del ser humano. Por eso la Exposición del sesenta y cinco aniversario de la Coronación Canónica de la Patrona, que esta semana contemplamos en el Club Marítimo es un paseo de vivencias de esos hombres y mujeres que estuvieron antes que nosotros, que nos legaron experiencias, fe y esfuerzos, en torno a su propia existencia, a la Virgen de la Victoria y con el escenario que representa Melilla. La muestra tiene varias partes muy definidas desde el Expediente de Patronazgo de 1.756, con aquel  juramento que pronunciara el Alcaide Antonio Villalba hasta el reciente Concurso escolar, del que se han traído los trabajos premiados, pasando por la parte institucional donde encontramos el guión de la Congregación, estandartes bordados por las Adoratrices, el arco de campana, arbotantes del trono antiguo de la Virgen, varas y bastones de mando donados por diversas autoridades civiles y militares, entre la que destaca el de Cándido Lobera. Fotografías de los días previos a aquel 13 de Junio de 1.948 y de esa misma jornada, de las Coronas que el pueblo de Melilla dono a la Virgen y al Niño, de los concursos para el cartel anual de los actos principales de la Congregación a cargo de Photowalk, además una muy cuidada hemeroteca, objetos entregados a la Patrona por diversas personas e instituciones. Merece pararse unos minutos en los tres milagros de la Virgen, aquellos grilletes de un preso del S.XVIII que mantenía su inocencia y que al interceder a Santa María de la Victoria, fue liberado. El clavo que hubiera sido el causante de la perdida de una mano y cuyas oraciones le salvaron y esa bala de cañón que entro en el Sitio de 1.774 por el Camarín de la Virgen y que no le causó a la imagen ningún daño. Hay muchos otros objetos que merecen la pena ser vistos, solo queda que se acerque hoy, Domingo, por la Sala de Exposiciones del Real Club Marítimo, porque hasta este 23 de Junio permanece abierta la muestra del sesenta y cinco aniversario de la Coronación de la Patrona. Ángel  Gil