domingo, 22 de febrero de 2015

Honradez

Se persigue, se anhela, todos quieren serlo pero pocos pueden parecerlo. Es una rectitud en el ánimo, una forma de integridad que procede en todo lo que se actúa con el respeto de las normas correctas y adecuadas de toda sociedad que nacen del Derecho Natural. La honradez es una cualidad que conlleva sinceridad por tanto no se oculta, en ella no cabe la falsedad y si, en cambio, lo justo tanto en la manera de obrar y de pensar. Es actuar en armonía el cuerpo, la mente y los actos. Salvador de Madariaga decía que la honradez nombra la buena conducta de cintura para arriba y Shakespeare afirmaba que ser honrado, tal y como anda el mundo, equivale a ser escogido entre diez mil. Debemos entonces decir que se vende cara y que quien la posee goza de felicidad en si mismo. ¿Como lo inmaterial nos puede hacer felices? , la respuesta la encontramos en los valores que nunca nos deben faltar. Alguien tambien exhortó a ser modestos en la juventud para ser honrados en la vejez, sin duda porque la gran mayoria de las virtudes humanas se encuentran en nuestra propia naturaleza que debe ser formada y educada en casa y tener sin duda un modelo donde mirarnos. Entonces podremos fomentar la ética personal, laboral y académica en todo aquello donde actuemos. La honradez es conservar lo nuestro y custodiar lo ajeno, pudiendo reintegrarlo sin menoscabo de su forma, cantidad y calidad, es además esforzarse por conseguir con el trabajo los bienes que se necesitan para vivir. A la honradez se la llama lealtad y no a decir lo que el otro quiere escuchar a sabiendas de su falta de veracidad pero con la sola intención de aumentar el ego de aquel a quien hablamos o de vendernos a cualquier precio. Todo acto de honradez genera tranquilidad interior, confianza y seguridad en si mismo, autoridad y plena disponibilidad para aquellos logros que nos hemos propuesto y por los que luchamos día a día. Para Francisco de Quevedo, aquel hombre que pierde la honra por el negocio, pierde el negocio y la honra. No estamos ante algo de otro tiempo que pueda ser tachado de haber caido en desuso, al contrario es una buena tarjeta de presentación en sociedad que se aleja de la picaresca de la que tanto se ha escrito en nuestro Siglo de Oro. La honradez, según la Real Academia Española de la Lengua, hace referencia a aquel que es decente, decoroso, recatado, pudoroso, razonable, justo, probo, recto u honrado. No piense querido lector o lectora que hemos escogido un diccionario no actualizado o que es casi imposible encontrar a alguien que cumpla los requisitos que nos dice la RAE. En la antitesis de la honradez encontramos la avaricia y ya saben que forman parte de uno de los siete pecados capitales, es basar nuestra existencia en acaparar bienes vengan de donde vengan. El poseer principios constituye otra forma de honradez y una auténtica filosofía de vida, pero estos deben ser defendidos con el respeto a los demás y sin menospreciar a nadie. En el lado opuesto encontramos el oportunismo, el dejarse llevar por los tiempos sin criterios ni moral. George Washington decía...“Espero tener siempre suficiente firmeza y virtud para conservar lo que considero que es el mas envidiable de todos los títulos: el carácter de hombre honrado”
Ángel Gil

lunes, 16 de febrero de 2015

Saruel y el legado hebreo



“La ceremonia se celebraba en una casa del barrio el Escudo. Era lo mas moderno a la sazón de la ciudad. Las tres largas manzanas de casas, hechas con sujeción al mismo patrón, tenían dedicados todos los locales de planta baja a almacenes o tiendas. Como tambien estaba allí el mercado y la serie de casitas adosadas a la muralla, destinadas a comercios y cafetines, tenía aspecto de alcaicería. Toda la actividad mercantil de la ciudad estaba concentrada en aquel sitio. La mayor parte de los establecimientos eran de israelitas, que abarcaban casi en su totalidad el comercio de artículos alimenticios, harinas, sémola, tes, azúcares, especies”. Así describía Francisco Carcaño el Mantelete en “La hija de Marte”. El pasado miércoles, la Asociación “Mem Guímel” y dentro de los actos conmemorativos de los ciento cincuenta años de presencia judía en Melilla organizó una nueva conferencia que bajo el título “Bases para el nacimiento de una Ciudad: algunos de sus promotores” fue impartida por el profesor Fernando Saruel, el cual fue acompañando sus palabras con imagenes de la Melilla de principios del Siglo XX. La primera parte de la ponencia se centró en la llegada de familias hebreas, aproximadamente unas trescientas personas, que habían huido de las persecuciones en Marruecos como consecuencia de la rebelión del Roghi y que se asientan en el Barrio Hebreo. Pero fue en la zona del Llano y a partir de 1.904 cuando gracias al modélico trazado planeado por los ingenieros militares y muy especialmente por José de la Gándara que tiene la idea de conectar todos los barrios cuando podemos hablar de una verdadera planificación urbana donde la burguesía melillense, especialmente la judía, adquiere un protagonismo para construir una nueva Ciudad. Es por eso que al triángulo de oro, Plaza de España, General Marina y Avenida, se empieza a conocer como la pequeña Sión, aunque para el investigador Fernando Saruel no le gusta esa denominación al resultarle peyorativo.  La segunda parte de su disertación tuvo como protagonistas a tres prohombres de la historia melillense, Melul, Benarroch y Salama. Al comerciante David Melul se le pidió que derribase su casa de planta baja y principal, ubicada en el número uno de la Avenida, para seguir con el ejemplo del edificio del número dos de Manuel Rivera que luego se llamó Metropol, al objeto que la monumentalidad fuese la nota predominante a ambos lados de la calle principal que mira a una Plaza de España como elemento integrador. El historiador Fernando Saruel definió a Yamin Benarroch  como comerciante, filántropo y religioso, e insistió en reivindicar su figura no solo por ser vocal civil en la Junta Municipal de 1.927, sino por la labor social que hizo en nuestra Ciudad y por construir la Sinagoga que lleva su nombre. En cuanto a Samuel Salama, se refirió Saruel en su charla no unicamente en su actividad comercial sino al dejarnos su casa como referente de formas clásicas en la Plaza de las Culturas que fue la sede del Ayuntamiento hasta que se construyó el actual. Saruel ha querido, desde sus conocimientos históricos reivindicar la decisiva aportación judía para la Melilla que conocemos. La Asociación Mem Guímel se ha convertido en un importante referente cultural melillense gracias a su constante difusión de lo sefardí. Moderjay Guahnich, su presidente, representa a ese hombre con inquietudes que se ha propuesto, junto a su equipo, difundir historia, costumbres y personajes de la Comunidad hebrea como un legado de todos y para todos
Ángel Gil

domingo, 8 de febrero de 2015

La cita del Sr. García


Buenos dias, ayer hice una reserva... a nombre de Diego García, sí, un momento lo compruebo, efectivamente, aquí tiene su tarjeta, es la habitación trescientos veinticinco, bienvenido. Según una encuesta de ámbito mundial realizada por un portal de busquedas de alojamiento, el treinta por ciento de los españoles que se ha hospedado alguna vez en un hotel ha realizado la reserva de última hora para tener un encuentro romantico. Pero otro dato del estudio revela que uno de cada diez españoles ha utilizado un alias a la hora de reservar una habitación con el fín de pasar desapercibido. Los apellidos mas comunes para permanecer en el anonimato y por este orden son: García, Martínez, González, Pérez y López. Aunque quieren buscar la explicación a todo esto en Hollywood y en la industria del cine, con los seudonimos de Brad y Angelina que usados en establecimientos hosteleros pasan a ser Bryce y Jasmine Pilaf, lo cierto es que siempre existieron capas y embozados, inclusas donde ocultar las llamadas verguenzas, duelos a primera o segunda sangre, palacios que escalar y balcones o armarios donde resguardarse u ocultar una personalidad. Todo esto forma parte de una literatura ya desde la Edad Media que basaba el éxito de las conquistas en el arte de la seducción o en sumar nombres de mujeres como trofeos de caza, de una larga lista de desdichadas que caian engañadas o que se volvian locamente enamoradas, mientras los maridos guerreaban o sufrian el abandono de hombres que las superaban con creces en edad y con los que se casaban por exclusivo interes económico o social. Podiamos pensar en Madame Bovary o ya en La Regenta de Clarín donde se refleja la rebelión del individuo frente a unos cánones rigidamente establecidos. Pero a vueltas con esta encuesta, el veintidos por ciento de los españoles han reconocido que estaban con alguien con quien no debia estar, mientras que el treinta y seis por ciento afirma haber usado un alias simplemente para divertirse y el diecinueve por ciento explica que alguna vez ha tenido que utilizar un sobrenombre porque su apellido implica cierta dificultad de comprensión y escritura. Las nuevas tecnologías han dado la vuelta a los papeles, superan en aventuras y con creces a las marcas de carmin o a ese perfume que delata o incluso a ese olor a leña de otro hogar que cantaban Mocedades. Lo virtual puede convertirse en ese amplio punto de encuentro que por falta de tiempo o de iniciativa del solicitante en una sociedad individualista e impar ha desplazado a la exclusividad que hasta hace nada tenía el salir de copas y entrar en aquellos amores de barra que en los noventa describieran en forma de canción, Marta y Marilia, Ella baila sola, donde era y sigue siendo la mujer la que decide, la que pone fin a la historia cuando sale el sol, que calcula no acercarse demasiado y que hasta las cinco sabe utilizar pero que no hace falta que vuelva a ver a quien se cree conquistador por naturaleza. El Don Juan hace décadas que tambien es mujer y sabe moverse con escurridiza facilidad, jugando a seducir y llenando ese espacio de tiempo, atención y cariño que le falta. La igualdad tambien llegó a esto o piense que puede estar donde siempre estuvo en cuanto a tener una última palabra aunque algunos no quieran darse cuenta de ello, al final lo mejor es haberlo vivido, compartir un dialogo y ese momento
Ángel Gil