El
Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), con la encuesta de esta semana, ha
abierto la herida y hemos podido comprobar la magnitud de la enfermedad que
padecemos. La radiografía de España se sitúa entre la inacción frente al
problema independentista y la corrupción que, cueste lo que cueste y caiga
quien caiga, hay que sajar. La ganancia como consecuencia del rio revuelto que
han creado no es culpa de los pescadores, estos se aprovechan de la pasividad
generalizada y obtienen su lucro que ira aumentando mientras no se apliquen
medidas de choque. Pero parece que hay miedo o mejor aún alguien cree que la
mesura es sinonimo de ser hombres de Estado y que los complejos, ante cualquier
tema, supone un equilibrio y una modernidad felizmente lograda. El vuelco
electoral a la encuesta del CIS se hace limpiando a fondo, remodelando el
Gobierno prescindiendo de ministros quemados, afrontando los graves problemas y
no añorando la Transición porque aquello ya paso y la gran mayoria de los
españoles ni la vivimos conscientemente o no habian ni nacido. La catarsis que
ya se hacia necesaria, hace algun tiempo, ahora es imprescindible, y en ella
entra el limite a los mandatos para que no se hagan vitalicios además de la
regularización de primarias en todos los partidos para cargos internos y
candidatos a cargos públicos por salud ciudadana. Aquellos que crean que se
debe acudir a las urnas movidos por un hartazgo, que cada día aumenta, para
echarse en brazos de antisistemas, solo lograran empeorar la situación hasta
poder llegar al precipicio. Este no es
el camino que merece una nación con tanta historia y cultura, con tanta
diversidad para que al final nos intenten colocar la uniformidad de guayabera y
la politica del cha cha cha. Para que una sociedad funcione, crezca por encima
de lo estimado haciendo progresar a todos, la carga impositiva debe bajar
siempre y no en periodo electoral, y la mastodontica administración debe
adelgazar en base a un recorte drastico de los excesivos gastos que ocasiona
entre los que se incluyen tantos sueldos. El viernes en un famoso programa de
televisión se escenificaba lo que hemos vivido en solo una semana bajo el
sonoro título de cabaret español y las letras eran literalmente para llorar
ante lo que hemos sido capaces de no hacer para que la realidad apeste. Como ya
nos ocurrió hace veinte años cuando vivimos peligrosamente empozoñados en los
escandalos economicos públicos entre Rubios, Guerras y Roldanes, pero entonces
salimos por la alternativa que representaba Jose Maria Aznar. Mañana lunes
conoceremos otra “encuesta” sobre lo vivido en la Cataluña de Arturo y no me
refiero a la ilegalidad del golpe de Mas sino mas bien al daño moral para
España. En cambio, un Berlín por fín unido puso fín al muro hace veinticinco
años tal día como hoy. La cara y la cruz. La politica como la hemos entendido
hasta ahora ha quedado caduca y muchos de los que estan en ella tambien, estan
por llegar los mejores, los mas preparados, aquellos que tienen una vida
profesional y que no se peguen a lo publico para sacar. El ciudadano, que
siempre va en vanguardia, es consciente y lo reclama. Pero como siempre la
mejor encuesta es aquella que sale de las urnas, a esperarla, por el bien suyo
Ángel Gil