domingo, 25 de mayo de 2014

Dos partidos

Este fin de semana se han levantado muchas pasiones que han paralizado la vida cotidiana de España. El futbol tiene la culpa. Divide y une a la vez, todo con deportividad, pero no exenta de querer solo uno ganar. Esto sí que es bipartidismo en estado puro, o eras merengue o colchonero. Ayer, Lisboa fue esa capital de España con puerto que sueña, no un nuevo mundo, sino una copa del viejo continente. Cien mil españoles invadieron, pacíficamente, algo más que la Plaza del Comercio lisboeta, vistiendo a rayas o de blanco, con canticos y voces de victoria o luciendo banderas al viento. El futbol es más que un espectáculo, es un fenómeno sociológico para el que las fronteras no existen, ni tampoco los sexos. Este 24 de Mayo será un nuevo día para volver a preguntar ¿y tu dónde estabas?. Tal vez no volvamos a encontrarnos con otra final rojigualda, aunque lo deseemos. Pero solo el esfuerzo, tesón e ilusión de dos equipos españoles han hecho posible llegar a la final y eso es lo que disfrutamos. Y aquí, el expresarlo en plural es la constatación que solo el deporte del balón une a una nación lo que otras cosas, aun siendo más importantes, no consiguen. En esta Liga se ha ido hablando, con insistencia, sobre el fenómeno Simeone, hasta el punto que ha sacado de sus jugadores lo mejor o como dicen los entendidos les ha dejado hacer en el campo. El pupas de antaño ya no es lo que era y se ha enfrentado a la solera blanca que al final ha ganado. Un escenario sencillo pero muy efectivo se ha montado en el Estadio de la Luz mientras suena el himno. Pero hoy hay otro partido exento de pasiones y de alta participación. Son las Elecciones Europeas. La distancia que los ciudadanos mantienen con los políticos gracias a lo que estos han dejado de hacer será motivo del desinterés de unos electores hartos. A pesar del sentir que en las calles se respira, de haber asistido a la peor campaña, en estas Elecciones nos jugamos mucho y solo por eso es motivo para que hoy acuda a su Colegio a depositar su voto. Con él, otro no decidirá por usted.  Existe una diferencia entre el futbol y las elecciones, en el primero siempre hay un solo ganador, en los comicios todos ganan y suben y nadie pierde. Es la manera de disfrazar resultados, vender humo y no querer ver el mensaje que todos nosotros les enviamos. Observe lo que pasará en la noche electoral que hoy nos espera, la tardanza de unos para dar la cara ante los medios de comunicación o la alegría y consiguiente extensión de los resultados a una política local o nacional. La noche de final de Copa ha vuelto a reunir a familias y amigos en torno a un televisor, es como un paréntesis ante la crisis que seguimos padeciendo con dureza, en cambio la de esta noche serán pocos los que lo hagan para ver primero sondeos y luego votos escrutados. El político debe recapacitar por que los españoles vibran y se movilizan ante veintidós hombres que luchan por un balón y la desazón del día siguiente. Unos ponen el alma y vibramos, otros… 
Ángel Gil

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