Incertidumbre, respiración contenida, insultos, lo rufián. Esto
percibíamos ayer mientras en la televisión veíamos como caían los votos en la
sesión de investidura del presidente del Gobierno. El 29 de Octubre de 2.016
pasará a la historia de España por la renuncia al escaño en el Congreso de
Pedro Sánchez, por la división del grupo socialista y que gracias a esa
abstención Mariano Rajoy es presidente y por empezar una nueva etapa donde el
Gobierno será parlamentario. No es que se ofrezca dialogo, es que no queda
otra, esa es la esencia de nuestro sistema pero más en ésta hora en la que
vivimos. El Ejecutivo de Rajoy deberá ganarse día a día su banco azul.
Expresiones como “ahora no toca” o prácticas como la inacción quedaran en el
triste baúl de los recuerdos borrables, de aquellos que nunca debieron pasearse
porque son malas prácticas aunque sus autores permanezcan. En tiempos difíciles
es cuando hombres y mujeres demuestran su valía humana y su capacidad para
afrontar situaciones y ahora por el bien de todos debemos desear la mayor de
las suertes al nuevo Gobierno. En el cual, con permiso de Rajoy, repetirán
algunos… Catalá, Bañez, Sáenz de Santamaría, ¿García Margallo?, otros cambiaran
de cartera, o no, Fernández, y quedan los nuevos, Cospedal (Interior o
Administraciones Públicas), y los que fueron Barones como el extremeño Monago,
sin que podamos descartar a dos ex alcaldes, Zoido y Martínez. Los partidos
siempre tienen la costumbre de decir que tienen un banquillo potente pero lo
único importante es que se elijan a los mejores. Y esto también se extiende a
una oposición que debe ser fundamentalmente constructiva donde prime el interés
general más que lanzar torpedos contra la línea de flotación de un Gobierno. El
barco se hundiría y con el usted y yo. Esperemos que tengamos buenas tardes de
Hemiciclo como la que hoy, y brevemente, nos ha brindado Ana Oramas, y que el
portavoz del PP, Rafael Hernando, lime cierta altivez y camine con su buen verbo
como cuando ha recordado a las víctimas de ETA. Difícil lo ha tenido el otro
Hernando, Antonio, portavoz, aún, del grupo socialista, su intervención con las
circunstancias vividas debe ser valorada. Al PSOE les queda todo por hacer,
poner en orden su casa pero no desatender la de la Carrera de San Jerónimo. El
jefe de la oposición debe salir de sus escaños por mucho que se empeñe Iglesias
en querer quedarse con el puesto. Tal vez Pachi López pueda ocupar el primer
asiento de la bancada y con él ser la voz de esa importante parte de España que
se siente de izquierdas. López al que le encuadran como casco azul, al menos
puede hablar con los de la gestora y con los de Sánchez. Pedro ahora cogerá su
automóvil y recorrerá cientos de kilómetros para explicar su postura y escuchar
a la militancia. Como el ave fénix quiere resurgir de sus cenizas pero debe
valorar que en sus alas hay, han o se ha puesto plomo, que Susana Díaz tiene
mucho que decir y que Iceta quiere salirse de la pista para seguir bailando
solo. Sumemos
Ángel Gil