Cuando estamos más en tiempos de crisantemos, hoy por la calle Ferraz
desojaran margaritas. A los vecinos de este barrio de Moncloa les pediría que
no hagan sonar la música electoral del PP desde sus ventanas, ni siquiera esa
bachata que es capaz hasta Rajoy de arrasar en la pista, pongan a Alejandro
Sanz bajo la lluvia de Madrid. Inmóviles con el no, sin hacer ascos a la
abstención o con un sí, utópico y soñador. La capital permite que una esquina
sea azul y otra roja como los claveles que ayer depositaron en la puerta de ese
Ferraz 70 donde vivió aquel abuelo al que llamaban Pablo. Antes el eslogan del
PSOE llamaba a la honradez, con la que estaba cayendo y ahora a guardar los ladrillos
de un solar en buena zona con vistas al Templo de Debod, y es que al fin y al
cabo lo tocante a Iglesias no se lo quitan a pesar de su historial anticlerical.
El rodillo de otra época, cuando se fumaban puros en el Congreso, y Roldan huía
pero aparecía el capitán Khan para “detenerlo”
allá por Laos, ha dado paso a un Fernández, astur, que tiene cierto aire de
cara a Adolfo Suarez. Para algunos debía de volver el estilo del de Cebreros.
Entonces había otro Rey, el actual ya empezó a cansarse del politiquear de
algunos pero en cambio a él no le permiten borbonear. El ruedo ibérico con o
sin sentencia del Constitucional, el país que defiende como bueno lo etiquetado
en idioma foráneo aunque se pueda leer en un pliegue el made in spain. Algún
día aspiro que nos creamos lo que valemos y lo que hemos aportado a la
humanidad. Aquella historia me convenció. Al PSOE, en el día de la margarita,
hay que recordarles que a algunos les pudo la ambición, el quiso acariciar la
luna y ella, la andaluza Susana, ser rosa y roja amapola, esperando por San
Telmo siempre visita. Como nos gustan los palacios y alfombras, a pesar de lo
que puede esconderse en ellas además de ácaros. Pese a todo, la tricolor ondea,
nada se puede esperar si un día lo hizo hasta en el mismo Palacio Real. Si los
estadounidenses tienen su día de la marmota nosotros el de la margarita. Antes
los debates de los candidatos norteamericanos se estudiaban en comunicación
política, ahora ya marchitados, mas se parecen a los de la vieja Europa. Esta
donde se es capaz de convivir Brexit, sin marcha atrás, con el Gibraltar de
llanitos al sorbo del té de las cinco y el Tratado de libre Comercio Canadá–UE.
Para volver en condición en este Domingo al PSOE, que aprendan a crecer sin que
caduque la pasión. ¡Once solo! buscan en el Congreso, solo con esos escaños
salen las cuentas para que España disfrute de un Gobierno parlamentario, porque
eso es lo que vamos a tener. Resucitar el diálogo, dicen ahora, cuando por esencia
nunca se debió perder. Qué extraño es esto de la política, pero ¿por qué preguntan
a una flor?. Sin Nobel de literatura, Alejandro Sanz, un grande, disfrútenlo
Ángel Gil
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