domingo, 9 de febrero de 2014

Oficial y héroe melillense



Ávila es esa Capital que guarda en sus calles a la sobria Castilla, que se hace fortaleza no solo entre murallas sino en su Catedral. Rincones donde puedes aún oír tus pasos en el empedrado y conducirlos para contemplar desde los Cuatro Postes a la Ciudad. Ávila es, también, Morada de Santa caminante. Su Estación de Tren es de esas de toda la vida, en las que podría imaginarse la llegada de una máquina con su humo gris que la envuelve o donde el Jefe con su típica gorra da el adiós, con su bandera roja, a los viajeros que se dirigen a Peñaranda o a Robledo. El pasado 31 de Enero y en ese mismo andén se encontraban varios oficiales del Cuerpo Nacional de Policía que acababan de jurar el cargo. Mientras aguardaban la llegada del tren con destino a Madrid observaron que un hombre y su equipaje caían a la vía. El fuerte golpe que sufrió en la cabeza lo dejo inmóvil y en ese mismo instante se anunciaba por megafonía la entrada en la Estación del tren de las 16:49 horas. Los tres policías y otro viajero no se lo pensaron cuando se lanzaron a la vía para rescatar literalmente en volandas al hombre que permanecía sin conocimiento, además de retirar las maletas que estaban junto a él. El resto de personas que permanecían en el andén comenzaron a hacer señales al maquinista para que frenase y evitara una tragedia. Tras ponerle a salvo, los policías asistieron a este señor de setenta años hasta que recuperó la conciencia, momento en que comunicó a los miembros de la Policía Nacional su intención, pese a estar dolorido, de iniciar viaje a la Capital de España. Durante la hora y media que duró el viaje los tres agentes acompañaron en todo momento al herido y a su mujer. A la llegada a la madrileña Estación de Chamartín le esperaba una ambulancia del Samur que le trasladó a un hospital donde ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) como consecuencia del fuerte traumatismo craneal que sufrió. Noticias como esta son poco habituales y merecen que la sociedad descubra los actos que llevan a cabo las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado al servicio de los ciudadanos. Su labor diaria y callada pasan demasiadas veces en el anonimato a pesar de asegurarnos nuestra propia libertad o tranquilidad, además de solventar situaciones de peligro y más poniendo en riesgo su vida como acaba de ocurrir en Ávila. Uno de los policías que llevaron a cabo esta heroica acción es el melillense Carlos López Martínez. Su celo profesional, aún estando fuera de servicio, entrega y abnegación por evitar la muerte de este ser humano, merece que la Ciudad Autónoma de Melilla le conceda el título de Melillense del año 2.014. Ejemplos como el de este melillense y de sus compañeros Miguel y Daniel, así como el del viajero anónimo, que participaron en el rescate, deben de tener el reconocimiento de las instituciones como ejemplo a seguir y la felicitación de todos. “Solo pensamos en salvarlo, no nos paramos en pensar si venía el tren”. Una reflexión para los tiempos que vivimos
Ángel Gil

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