domingo, 19 de septiembre de 2010

Espíritu melillense


Quinientos trece años siendo España no es algo baladí, significa el deseo de sus habitantes y poseer la madurez de un pueblo antiguo. Siempre habrá un antes y un después del primer 17 de Septiembre. En la figura de Pedro de Estopiñán se homenajea al pueblo a todos los demás que, durante cinco siglos, siguieron viniendo aquí, se establecieron, fundaron sus propias familias y también a los que fueron capaces de dar sus vidas para que sigamos respirando el aire en este suelo. Esta tierra ha sido para muchos el sueño melillense y para todos una Ciudad que ha ejercido una amplia influencia en la historia de España. La concentración de hace un mes frente a la Delegación del Gobierno, convocada a través de facebook, es sin duda el germen del espíritu melillense, expresando el manifiesto: "Siento la satisfacción, al igual que vosotros, de ser melillense, española, de pertenecer a una nación libre y ser una ciudadana, no una súbdita. Esta tierra desde la que hablamos tiene 513 años de vida española, en definitiva de un nuevo amanecer, tras ser tierra de nadie, para formar parte de una nación por historia, derecho, cultura y deseo de los que ayer, hoy y siempre habitaremos estos kilómetros cuadrados. Los melillenses, a pesar de nuestra Constitución, nos sentimos alejados, padecemos el olvido de un Gobierno y de nuevo, como en estos días, sufrimos el bloqueo, las apetencias de un Reino como es Marruecos, del que nada nos une y el cual solo, solo será nuestro vecino, pero jamás, porque así lo queremos los melillenses, perteneceremos a él. ¡Somos ciudadanos, no súbditos!. Porque esta tierra es española tanto o más que los que aquí vivimos, ha llegado la hora que como pueblo, exijamos no mas presiones de los ajenos y no más soledad de los propios. Hace quince años, la unión de los melillenses logró que fuéramos más iguales, alcanzamos nuestro Estatuto de Autonomía y seguimos queriendo transformarnos en Comunidad Autónoma. Por todo ello ha llegado la hora que Marruecos respete la soberanía española, que ningún hombre de paja nos ningunee ni siquiera con la amenaza de un nuevo bloqueo, pero tampoco que aparezcan líderes carismáticos que negocien, sin representar a nadie, sobre nuestra vida diaria. Melilla, en esta tarde, quiere que su voz cruce el mar, y que escuchen nuestras peticiones, allí en esa otra orilla. Los melillenses queremos fundirnos en un abrazo con las fuerzas y cuerpos de la seguridad del Estado y agradecerles que velen por nuestra seguridad, por nuestra libertad. ¡No mas vejaciones a la mujer!, tampoco a aquellas que visten el uniforme policial. ¡Somos una nación libre no un pueblo sometido!. ¡Dejadnos vivir en paz, ser lo único que queremos ser, españoles, no somos moneda de nadie, no admitiremos chantajes ni olvidos!. ¡Por nuestra dignidad como pueblo!

Ángel  Gil

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