Este viernes aguardábamos las seis de la
tarde como si de otro momento histórico se tratase. Era la hora fijada para el
comienzo de una rueda de prensa, inusual, en Zarzuela con la presencia de tres
médicos y del Jefe de la Casa de Su Majestad. La sala parecía una de Estados
Unidos, me refiero al interés mediático, aunque la decoración correspondía a
una monarquía, pero agradeciendo siempre que la prensa pueda preguntar, y que
la convocatoria sea abierta. La especulación había saltado, los rumores corrían
por WhatsApp y las redes sociales, se hablaba de salud, de deterioro físico y
de algo más, las redacciones estaban de guardia ante cualquier acontecimiento
que pudiera anunciarse. Y España pendiente de tres facultativos que hablarían
de lo suyo, pero podría derivarse algo que nos afectaría a todos. En la Europa
Real corren vientos que no producen huracanes. La abdicación ha sobrevolado de
nuevo esta semana, como ya lo hizo en Febrero. De nuevo los que trabajan en la
Casa lo han descartado. Spotorno, hierático, sin inmutarse al exterior y
diciendo lo aprendido. Se echaba de menos a Sabino Fernández Campo. El Príncipe
de Asturias se quedo con la plata pero manteniendo aspiraciones, su público
aumenta. La otra palabra que está recuperando valor es Regencia. La Constitución
es muy clara al respecto, cabe pero cuando el Rey fuese inhabilitado para el
ejercicio del poder, y debe constatarse por las Cortes Generales. Se abren
expectativas sobre que pasara tras ser intervenido, su recuperación. La
inhabilitación se refiere más a cuando un monarca este mal psíquicamente, que
no es el caso. Además el cirujano que le operara ha manifestado que el Rey
tiene un estado general bueno. Por tanto, tras el anuncio, el seguirá como Jefe
del Estado. Esa es la razón por la cual D. Felipe no acudirá a la Cumbre Iberoamericana.
Si fuera Regente, si. El viernes en Diario de la Noche de Telemadrid, Ana
Samboal entrevisto al catedrático Antonio Torres del Moral, y reivindicó, como
viene siendo habitual en él desde 1.997, un Estatuto Jurídico del Príncipe, que
aunque no está recogido en países de nuestro entorno, si que solucionaría el
vacio actual en España. Por eso, siguió
diciendo que la actuación del Príncipe necesitaría estar regulada ya que el
nuestro tiene mucha más actividad que el de sus homónimos europeos. Tampoco
podemos dejar de lado el momento político que se vive en España, y no solo por
la crisis, las aspiraciones secesionistas de nacionalistas catalanes y el
reflejo que puede ya tener en los vascos, y una abdicación ahora, acarrearía
más riesgos que ventajas. El papel constitucional del Rey como moderador y
arbitro, además de su experiencia, han pesado para la decisión. La Regencia,
que en España funcionó, y además muy bien, ejercida por dos mujeres, se recoge en
nuestra Ley de Leyes, que en este caso sería reversible y por un tiempo. Como
se está diciendo estos días, S.M el Rey es el clavo del abanico
Ángel Gil
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