domingo, 22 de septiembre de 2013

Regencia



Este viernes aguardábamos las seis de la tarde como si de otro momento histórico se tratase. Era la hora fijada para el comienzo de una rueda de prensa, inusual, en Zarzuela con la presencia de tres médicos y del Jefe de la Casa de Su Majestad. La sala parecía una de Estados Unidos, me refiero al interés mediático, aunque la decoración correspondía a una monarquía, pero agradeciendo siempre que la prensa pueda preguntar, y que la convocatoria sea abierta. La especulación había saltado, los rumores corrían por WhatsApp y las redes sociales, se hablaba de salud, de deterioro físico y de algo más, las redacciones estaban de guardia ante cualquier acontecimiento que pudiera anunciarse. Y España pendiente de tres facultativos que hablarían de lo suyo, pero podría derivarse algo que nos afectaría a todos. En la Europa Real corren vientos que no producen huracanes. La abdicación ha sobrevolado de nuevo esta semana, como ya lo hizo en Febrero. De nuevo los que trabajan en la Casa lo han descartado. Spotorno, hierático, sin inmutarse al exterior y diciendo lo aprendido. Se echaba de menos a Sabino Fernández Campo. El Príncipe de Asturias se quedo con la plata pero manteniendo aspiraciones, su público aumenta. La otra palabra que está recuperando valor es Regencia. La Constitución es muy clara al respecto, cabe pero cuando el Rey fuese inhabilitado para el ejercicio del poder, y debe constatarse por las Cortes Generales. Se abren expectativas sobre que pasara tras ser intervenido, su recuperación. La inhabilitación se refiere más a cuando un monarca este mal psíquicamente, que no es el caso. Además el cirujano que le operara ha manifestado que el Rey tiene un estado general bueno. Por tanto, tras el anuncio, el seguirá como Jefe del Estado. Esa es la razón por la cual D. Felipe no acudirá a la Cumbre Iberoamericana. Si fuera Regente, si. El viernes en Diario de la Noche de Telemadrid, Ana Samboal entrevisto al catedrático Antonio Torres del Moral, y reivindicó, como viene siendo habitual en él desde 1.997, un Estatuto Jurídico del Príncipe, que aunque no está recogido en países de nuestro entorno, si que solucionaría el vacio actual en España.  Por eso, siguió diciendo que la actuación del Príncipe necesitaría estar regulada ya que el nuestro tiene mucha más actividad que el de sus homónimos europeos. Tampoco podemos dejar de lado el momento político que se vive en España, y no solo por la crisis, las aspiraciones secesionistas de nacionalistas catalanes y el reflejo que puede ya tener en los vascos, y una abdicación ahora, acarrearía más riesgos que ventajas. El papel constitucional del Rey como moderador y arbitro, además de su experiencia, han pesado para la decisión. La Regencia, que en España funcionó, y además muy bien, ejercida por dos mujeres, se recoge en nuestra Ley de Leyes, que en este caso sería reversible y por un tiempo. Como se está diciendo estos días, S.M el Rey es el clavo del abanico
Ángel Gil  

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