domingo, 25 de octubre de 2015

Lely


Si quieres que te diga adiós, no te lo diré. Es imposible y además no puedo ni debo, no me lo permite mi conciencia ni las ganas que aún te quedan. No nos dejarían los que de ti tanto recibieron y ahora te miran desde un lugar bendito que llamamos Cielo. Tampoco los que andan por este mundo a cuestas con la cornada traicionera del cáncer que supieron resistir y gozan de la segunda oportunidad para animar a otros y ser ejemplo de que sí se puede pese a los temporales de la vida. Tanto como tú, Lely. Tu triunfo es ese y también que cuando pensamos en quien representa en Melilla el movimiento asociativo contra el cáncer, sale tu nombre, sin apellidos. Naciste de este pueblo y el te ha hecho tuya. Veinte años de multiplicar talentos, de regalar sonrisas, de hacer, de poner la palabra justa, de construir, de llamar a tantas puertas, de dar a manos llenas y de hablar por otros a los que consideras tu familia. Y en la tarde de la vida, nos examinaran del amor. Te conocí hace diez años cuando regrese y empecé a dar formación en Consumo para la Ciudad Autónoma junto a otra grande, Mariló Angosto. Me impactó de ti como comunicabas desde la naturalidad, sin acudir para hacerte la foto pero siempre sacando tiempo y quitándoselo a Miguel Ángel, tu perfecto tándem o a tus hijos. Ellos también creyeron en un proyecto para todos sin distinción, han sabido, tanto como tú, extender brazos y esfuerzos, gastar suelas o poner voz. Lely ni tu ni los tuyos necesitáis algo para ser, ni aparecer simplemente para limpiar, lo vuestro no llena páginas en ecos de sociedad. Por eso también en la noche del pasado viernes en un Kursaal-Nacional lleno se extendió un lazo imaginario rosa de solidaridad en la gala contra el cáncer, que ha sido la tercera de las que has organizado. Ahí disfrutamos de todos los artistas que subieron al escenario y que tú has sabido reunir. Otro talento que tan poco se prodiga. Por eso ahora descansa con el veneno del voluntariado intacto como si fuese la primera vez, en un banquillo disponible y con el calentamiento ya traído de casa. Los que te queremos descubrimos en ti que no sabes decir que no. Tu cuartel de invierno mira a levante donde nace el sol desde el mar, en él observaras risas y lagrimas, caras e historias, la amistad, la traición, el olvido o la indiferencia y la grandeza del ser humano, voces de pequeños y adultos, tantos esfuerzo que han valido la pena, hombres y mujeres que has tenido la suerte de conocer. Tus alforjas están llenas, esa es tu riqueza. Se ahora lo que darías y como haces bueno en tu día a día, los títulos de humanitaria y caritativa que Melilla ostenta. Son las personas las que los hacen posible al lograr un triunfo, al dar una solución o al pintar una esperanza. Sigue mirando la vida desde tus gafas rosas a pie de calle con tu sonrisa abierta y el corazón que se entrega
Ángel Gil

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