Pablo Casado tiene ese nuevo aire que engancha. Ya
lo hizo cuando recorrió gran parte de España para hablar de ideas, de esas que
nunca se fueron pero quedaron disipadas como los montes gallegos en tardes de
niebla. Y se estrenó como el único candidato que debía de ganar estas primarias
en una entrevista con Federico Jiménez Losantos que ya sin duda quedará para
ser estudiada en las facultades de periodismo. Pero terminó de convencer en los
cuarenta y cinco minutos de discurso previo a la votación de los compromisarios
del 19 Congreso extraordinario del PP, mirando de frente a todos, sin
complejos, con el orgullo de lo hecho y con una comunicación eficaz sin fijarse
en un papel. El adiós de Rajoy da paso a la ilusión de Casado. Es momento de darle la enhorabuena pero
también de desearle buen ojo, mejor aguja e hilo de calidad para coser a este
deshilachado PP. No querer ver la situación poco va a ayudar a solventarla, y
no plantearse ahora el adiós definitivo de tantos, que aún permanecen agarrados
a los cargos y que siguen queriendo como sea volver a ser candidatos en las
próximas municipales y autonómicas es ejemplo de egoísmo, de daño a toda la
sociedad y de hundimiento a su organización política. Pablo Casado es ya el
presidente del Partido Popular fundamentalmente porque ha creído en sí mismo,
cuando eran muchos los que no daban nada por él. Ahí en la tribuna volvió a
hablar de los principios que debe enarbolar el PP para recuperar la confianza
de los ciudadanos, tales como la vida, la familia, la derrota definitiva del
terrorismo, la supresión de impuestos (donaciones, sucesiones y patrimonio), el
compromiso con la educación, apostar por la sostenibilidad del Estado de
Bienestar, la reforma del Código Penal y la unidad de España. Por esto sus
primeras palabras tras su elección fueron para expresar la lealtad del PP a S.M
el Rey y a la Constitución, y luego y con reiteración se centró en Adolfo
Suarez y en la Transición como la única posible para evitar los enfrentamientos
que siembran los odios y que no deben ser resucitados. “Me presento para
enarbolar los principios que nos han dado sentido, para reivindicar los valores
que son nuestra columna vertebral, volver a las ideas que nos han convertido en
una fuerza política imparable”, dijo Casado. Quien y en un fluido ingles
saludó, nada mas acomodarse frente a los micrófonos, al representante del
Partido Popular Europeo. Presentó a su equipo pero queda ahora por conocerse al
secretario general, entre los cuales puede estar Javier Maroto (el mas que
probable), Dolores Montserrat, Juan Ignacio Zoido o Isabel García Tejerina.
Esta columna se posicionó a finales de Junio por el perfil que representaba
Casado, cuando decía la prensa que quedaría en tercer lugar tras las
candidatas. Ahora necesitará de todos los de su partido, unos para arrimar el
hombro, otros, savia nueva, con valores y experiencia profesional para
integrarse en la casa del centro derecha y demasiados para saber retirarse a
tiempo, sabedores que con ese ejemplo grande hacen el mejor de los servicios. Y
como dijo el sábado Pablo Casado el PP ha vuelto, es el partido de los
autónomos que levantan los cierres de su negocio, de los jubilados que llevan a
sus nietos al colegio, de la gente que madruga
Ángel Gil
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