domingo, 16 de enero de 2011

Paréntesis laboral


Después del anuncio, que hemos recibido los activos, acerca de la edad de jubilación, bueno será que cojamos aire, respiremos profundamente y afrontemos la realidad tal cual viene. De todos es conocido que antes se pasaba a ser pasivos a los setenta años, luego surgieron las anticipadas, en casos concretos en condiciones ventajosas. En fin el deseo es que se garanticen las pensiones para todos. Siempre me ha sorprendido como en bastantes negociados de la Administración, los que allí trabajan, suelen colocar en las paredes carteles turísticos con paradisíacas playas, monumentos o buenas pistas de esquí, otros se decantan por las tarjetas de sitios visitados, y si son moteros, aparecen junto a las máquinas en un circuito o montados en ella en una concentración de pingüinos, en definitiva, imagino, que pretenden evadirse de la montaña de papeles que les rodean o tal vez buscan la inspiración en las imágenes o en los recuerdos de aquellos lugares vividos. Según un estudio de la Universidad de Queensland, en Australia, pasar demasiado tiempo sentado no es bueno para nuestra salud, se fomenta la obesidad, aparecen problemas cardiacos o dolores de espalda, y surge un debilitamiento de los huesos. La lucha contra el sedentarismo, que nos proponen desde las antípodas, consiste en hacer varios descansos a lo largo del día en el trabajo, aunque sean solo de un minuto, porque es beneficioso para el corazón y la cintura, según demuestran que quienes tomaron mas descansos tenían cuatro centímetros menos que los que apenas se levantaban. Ante esta situación llega el momento que las empresas comiencen a replantearse su actitud respecto a lo negativo para la productividad de levantarse varias veces de una silla y más aún ¿puede preferirse a alguien inmóvil en su puesto de trabajo pero al que se le ocasionen enfermedades con las consiguientes bajas laborales?. Los consejos prácticos van desde incorporarse al atender el teléfono, hasta formalizar reuniones de pie, pasando por hacer recesos durante las mismas, centralización de los cestos de papel o de impresoras, subir a pie, ir al baño de otra planta, y fomentar la comunicación cara a cara en lugar de llamadas o intranet. Los japoneses fueron pioneros cuando implantaron en sus empresas zonas de descanso, comprobando que sus trabajadores eran infinitamente más productivos tras esos momentos de paréntesis. La otra cara de la moneda la encontramos en compañías noruegas donde evitan que sus empleados pierdan tiempo en ir al baño. Este kit - kat de los descansos podría ir introduciéndose en los códigos de empresa, como resultado de las recomendaciones de los gabinetes de prevención de riesgos laborales en beneficio del capital humano y de la propia organización. No todo es el humo del tabaco, hay lugares que no reúnen las mínimas condiciones de salubridad para desarrollar nuestras ocho horas de jornada laboral, o algunas extras. Uno de los mayores índices de bajas laborales se suelen dar en las plataformas telefónicas precisamente por el espacio físico donde desarrollan esa atención al público, el sistema de llamadas donde una va detrás de otra y las moquetas, de las cuales y en tono jocoso, se las califica como lugares con vida propia. El trabajo que no falte, pero mejor con respiros, ¿no cree?
Ángel  Gil

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