domingo, 19 de junio de 2011

Día E

Hace mañana de playa, de tiendas, de rastro donde encontrar esas prendas, de cara a la estación que estrenamos en unos días. La PAU ha terminado como casi el curso, para cientos de estudiantes melillenses, ahora a esperar las notas y los padres y madres a inventárselas para entretenerles. La luna roja apareció desde El Pueblo, este miércoles de eclipse, congregándonos de nuevo a contemplar, que no era tan fría su luz. Respiramos un viento caliente, anunciador del largo y clásico verano melillense. Volveremos a repetir la tradición de las hogueras por San Juan y en esa noche, contemplaremos junto al mar, quien puede más si el levante o el poniente y así saber lo que nos espera en el estío. En sus calles, Melilla se ha vuelto a pintar de blanco, ya hacía demasiado que un buque de la Armada no arribaba, sean como siempre bienvenidos y vuelvan más veces. Los y las guardiamarinas le dan otro aire a esta tierra, esto sí, hace que los comercios se llenen y dejen euros de ganancias. Se celebró ayer, el día E, la fiesta de todos los que hablamos español, y que promovido por el Instituto Cervantes, difunde nuestra cultura por todo el mundo. Tal vez el idioma es el bien más preciado que tenemos y que compartimos con otros, a los cuales ni conocemos, pero que nos hace comunicarnos sin fronteras. Vargas Llosa dio precisamente en Pekín, la bienvenida a los estudiantes chinos a una familia muy numerosa repartida por el mundo.  En nada, la lengua española ocupara el primer puesto desbancando al inglés. El actor mexicano, Gael García, ha elegido la palabra querátano, como la verba más hermosa del español. Le han seguido, gracias y sueño. De la primera decir que, aunque no se encuentra en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, significa isla de las salamandras azules. ¿Qué decir de la palabra gracias?, casi lo primero que, no se usa todo lo que se debiera, nos da corte pronunciarla o mejor creemos que como nos merecemos todo, para que mostrar nuestro agradecimiento por cualquier beneficio, favor o atención que se nos dispensa. Casi da igual ya, para niños y adolescentes, puede que como sigan así la hagan caer en desuso. Para aquellos que la interpretan como un signo de sumisión o de inferioridad, nada más lejos de la realidad, su uso nos convierte en personas con mayúsculas. Los sueños, tanto como las gracias, son gratuitos. Nadie se mete en ellos y cuando los recordamos sentimos satisfacción. Suele ocurrir que en lo mejor de los sueños, nos despertamos, echándose a perder todo lo construido, ese lugar especial en buena compañía o elementos, que según los que interpretan los sueños, significa riqueza, desastres, anhelos o inclinaciones. Hace años se hicieron muy populares los atrapasueños, que se veían colgados en los vehículos. Lo interesante es que podamos hacerlos realidad, hay personas que sueñan despiertos, construyen castillos en el aire y se quedan en que pude haber sido y no fue. Soñar si pero sin utopías. Ayer hubo lluvias de palabras entorno a los Institutos Cervantes, algunas son imprescindibles, respeto, amor, justicia, enseñanza y convivencia
 Ángel Gil

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