domingo, 11 de marzo de 2012

Luz sobre el 11- M


Hace ocho años que Madrid y con ella España, tal día como hoy, sufrió el atentado más sanguinario de la historia europea. Hace unos días en el diario Libertad Digital pudimos leer que han aparecido restos de uno de los focos de la explosión del 11-M, el del tren de la Estación de Santa Eugenia. En el juicio se manifestó que todos los vagones explosionados aquel día de Marzo de 2004 habían sido desguazados en los días posteriores a la masacre. Hoy conocemos que un foco se ha mantenido a escondidas, en secreto, en un cobertizo. Esto no forma parte de un guion cinematográfico aunque lo parezca, y a buen seguro su autor se haría millonario, es la realidad que al final aparece, hablamos del lugar del crimen. El Fiscal General del Estado, Eduardo Torres Dulce ha decidido investigar el abandono en el cobertizo, sin duda es una buena noticia y más lo será cuando se ponga en la práctica la adhesión de la fiscalía al recurso presentado por las víctimas. Con ello el Tribunal Supremo aceptaría la reanudación de la investigación sobre la manipulación de las pruebas. La cuestión  se va a centrar en si hubo o no ocultación, quien la ordenó y esclarecer con celeridad y trasparencia. Pero esta sociedad no puede ni debe tener episodios oscuros o dudas, cuando fueron asesinadas ciento noventa y dos personas. Contamos como parte negativa que los mencionados restos han permanecido en un lugar no adecuado para su conservación durante años. ¿Por qué?. Dejemos a los peritos que hagan su trabajo desde el punto de vista físico. Las víctimas han acogido la noticia con un escéptico alivio, a ese estado la hemos conducido después de todo lo vivido, porque ya no se fían, aunque siguen pidiendo lo mismo, hechos. Los que vivimos aquel 11 de Marzo de 2004 en Madrid, jamás lo podremos olvidar, ni las sirenas que sonaban, sin cesar, ni las personas que vagaban     en sus calles con caras desencajadas o pendientes de un móvil, ni el terrible silencio de la tarde de aquel día, porque todos guardamos un luto por tantas ilusiones rotas, las de aquellos inocentes. En aquel momento hacia relativamente poco que cada mañana cogía un cercanías en Atocha y pasaba por la Estación del Pozo, podía haber sido yo, ¿qué hicieron esos viajeros o esta sociedad para sufrir?. Madrid se ha visto incesantemente sacudida por el terrorismo demasiados años y eso te hace combativo frente a sus autores. Como dice Blanca Riestra en su novela Madrid blues, ambientada en los días previos al 11-M, “¡Ay Madrid!, nada estaba hecho pero todo estaba casi hecho aquel ocho de Marzo… La Gran Vía resplandece bajo el sol simulando un esplendor que todos creen, incluso yo. Y es que en estos momentos algo se gesta, un demonio interior se insinúa, pero casi nadie sabe de sus ademanes callados”. A estas alturas, más que nunca, queremos saber todo sobre el 11-M
Ángel  Gil

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