martes, 17 de abril de 2012

Tango descamisado



Hay demasiada distancia kilométrica entre Buenos Aires y Madrid, pero también, en los últimos días, mucha frialdad institucional. La firme respuesta del Gobierno frente a las pretensiones de la presidenta argentina, Cristina Fernández, de nacionalizar Repsol-YPF, ha sorprendido en la Casa Rosada, ya demasiada habituada a una política exterior, sola, fané y descangallada, la de un gobierno socialista, con apenas sitio en el tablero internacional. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, practica la firmeza y actúa desde la dignidad, eso no quita que se potencie la amistad, sobre todo con nuestra tradicional comunidad de naciones, pero manteniendo la soberanía. Esta no solo se ejerce en un control de fronteras sino también apoyando y defendiendo los interés de empresas españolas ubicadas fuera de nuestro territorio. Precisamente lo que también ha hecho la Comisión Europea, alineándose con España, como país miembro de la Unión. Argentina ahora ve difícil la situación, y parece que se enfunda las hachas que anunciaba con sacar, aunque sobrevuela que sus planes irán más claramente en dirección de debilitar la compañía para adquirirla a bajo coste. El tango es esa música de arrabal y los mandatarios argentinos pretenden llevar  a la nación al suburbano, en lugar de hacerla despegar con políticas económicas abiertas que atraigan inversores sea cual sea su nacionalidad. Esa nación del cono sur americano a la que tanto le debemos agradecer, según nos contaban nuestros abuelos, cuando abastecieron de trigo a España en los años cuarenta, se ha equivocado ahora. El pulso que ha echado al Gobierno lo está perdiendo, y ahora parece que todo se encauza, pese a lo cual hay que estar vigilantes. Argentina es alentada, desde hace años, por un Hugo Chávez, que quiere llevarla a su órbita revolucionaria, con lo negativo que es escoger esa senda para un país que se empobrece cada vez más, a pesar de sus recursos económicos, lo que nos debe de hacer reflexionar sobre lo mal que la gobiernan y como dilapidan sus posibilidades. Madrid es, de las pocas capitales que en su callejero, más se homenajea a Argentina, con una Plaza que lleva el nombre de esa República, con una estación de Metro denominada Buenos Aires o con un parque, llamado Eva Duarte, además de la Avenida General Perón y de innumerables restaurantes donde disfrutamos de su extraordinaria carne o de otras especialidades. No hay motivos para el tango descamisado que están interpretando, azuzando un nacionalismo para ocultar problemas internos. Su majestad el Rey, que fue operado ayer de cadera, conoce perfectamente las relaciones internacionales y lo que significa defender la marca España. Argentina, ese lugar donde hay muchos descendientes de españoles a los que se les denomina gallegos, no debe olvidar esa página de su historia para radicalizarse como pretenden
Ángel  Gil

1 comentario:

  1. gracias Angel, de otra forma no podria leerte, ya que me niego a facilitar los datos al director de ese medio.
    abrazo

    ResponderEliminar