domingo, 29 de abril de 2012

Cursillos civicos



Esta semana hemos conocido un plan del ministerio del Interior de reinserción de presos de bandas armadas, en total más de mil cien entre etarras, grapos, yihadistas y otros varios de asociaciones organizadas criminalmente. Todo está en preparación para que hagan una declaración solemne de desvinculación con sus respectivos grupos armados en los que militan y que puedan participar en unos cursos formativos de rehabilitación. Ahí, en los Cursillos cívicos, irán conociendo la realidad social, reflexionaran sobre su pasado y se les inculcará valores de convivencia. A cambio de esto, el Gobierno les ofrece acercamiento a sus lugares de origen y posteriormente facilidades para su reinserción. Algo muy difícil de entender que, a estos, se les puedan ahora reconducir a base de charlas sobre cuál es el buen camino cuando ellos se salieron voluntariamente de él para tomar un atajo en el que sembraron de crímenes, heridos y familias rotas, basado en una ideología cuando era la delincuencia la que les movía. La sociedad sabe que no les queda otra que cumplir íntegramente las penas. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, insistió el jueves, que no hay un cambio de política, y si esto es así, ¿por qué el ministro del ramo presenta esto como algo nuevo?. Llegado a este punto no podemos obviar lo constatado por la Europol en su informe anual, “ETA ha reconstruido su capacidad para atentar”. Como tampoco otra fase de su estrategia, hacerse con el Gobierno regional vasco en las elecciones del próximo año. El ex ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja,  al conocer este plan ha afirmado que es un error dar la impresión de que se está administrando el final de ETA y dice que le intranquiliza el aplauso cerrado de PSOE y PNV. Nada que objetar de quien fue un magnifico servidor público. En cuanto a las víctimas, vuelven a sentir soledad y dolor cada vez que se pretende remover el lugar de los terroristas, o la inocencia sobrevuela al referirse a ellos. Estos a los ciudadanos no nos engañan porque no podemos olvidar sus terribles crímenes. Por eso las asociaciones de víctimas han pedido al ministro Fernández Díaz, la retirada del plan exigiendo, de nuevo, solo justicia. La respuesta ha sido un no. En una sociedad donde se están perdiendo valores, ¿alguien puede creer que, como una nueva educación para la ciudadanía, se pueden impartir estos cursos para asesinos, tratando de borrar sus sangrientas obras?. Por esta vía nada se consigue. Solo resta que ETA se disuelva y entregue las armas, y que los partidos que los secundan vuelvan a ser ilegalizados. En la sociedad del Siglo XXI no puede haber sitio para ellos. Hay quienes echan de menos en este nuevo plan el perdón de los asesinos, y ante esto solo cabe responder que quienes son capaces de quitar la vida a tantos, no tienen palabra. Ángel  Gil       

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