domingo, 7 de abril de 2013

Plan para menores


La sociedad actual va cambiando tanto que necesita reformas legales que se adapten a ello. Siempre los ciudadanos recriminan el retraso de las leyes, las lagunas existentes que favorecen la impunidad, el distanciamiento entre legisladores y pueblo. Precisamente hay materias donde un cambio legislativo se hace imprescindible, así en familia, violencia de género y domestica, terrorismo, bandas organizadas y narcotráfico, acoso laboral, escolar y el ciberacoso, contra el medio ambiente, derechos al honor, corrupción, contra la libertad sexual, todos aquellos que se cometen utilizando las nuevas tecnologías y en menores. Ahora el Gobierno quiere llevar a cabo un ambicioso Plan de Infancia y Adolescencia (125 medidas, dos leyes orgánicas, y modificaciones en hasta diez leyes actuales) que ha sido presentado tras la celebración del Consejo de Ministros. Entre los asuntos más destacables del mencionado Plan estaría subir de trece a dieciséis años la edad de consentimiento sexual, o la edad mínima para contraer matrimonio en España que se pasaría de catorce a dieciséis años. Esta última ya esta especificada, mientras que la primera dependerá del acuerdo entre partidos y asociaciones que trabajan con menores. Igualmente destacamos de este Plan la modificación según la cual el hijo de una madre maltratada serán considerados víctimas de violencia de género. Esta llevará a la reforma de la Ley contra la Violencia de Género de 2.005. El texto del Plan de Infancia y Adolescencia habla de los menores como los grandes olvidados, y tratándolos como víctimas el legislador debe tener presente que ocurrirá con los regímenes de visitas, sobre todo en lo tocante a casos donde se condena a los padres por violencia de género y en los de custodia. El porcentaje actual es ínfimo en cuanto a la suspensión de las visitas, por lo que nos encontraríamos con dos derechos enfrentados, el interés supremo del menor y el interés del padre. También merece una reflexión en este Plan de Infancia y Adolescencia, la creación de los Registros Unificado de Maltrato Infantil y de Casos de Explotación Sexual. Ambos ilícitos penales deben servir para, en base a un seguimiento, erradicar prácticas, tantas veces soterradas, como el síndrome de alienación parental o las prácticas sexuales con menores utilizando la red para ocultar identidades y que solo logran destruir a los pequeños. Igualmente el Plan potenciará el acogimiento y la adopción familiar frente al ingreso en un centro. Llama la atención el retraso que en estas materias aún seguimos padeciendo en España, donde, en concreto en la figura de la adopción, se imponen excesivas trabas lo que obliga necesariamente a tener que optar por hacerlo en otros países. Esto unido a los límites legales de la fecundación para parejas que no pueden tener hijos limita los derechos de las mismas a poder ser padres. Todas estas reformas que, de aprobarse el Plan  de Infancia y Adolescencia, nos llegarían supondrían avances que la sociedad española necesita
Ángel  Gil

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