domingo, 14 de abril de 2013

Thatcher


Situarnos en 1.979 con una primera Ministra en el Reino Unido no fue nada fácil, todo lo tenía en contra no solo porque la política era un mundo de hombres sino por la peculiaridad del Partido Conservador. Margaret  Thatcher lo fue todo en la vida pública, desde abajo hasta llegar al número diez de Downing Street. Su tesón, compromiso ideológico, su capacidad intelectual, el hecho que nadie le regaló nada, sus reformas, su lucha contra la burocracia, el terror del IRA, y el proteccionismo del Estado, la sitúan como la figura más importante desde Winston Churchill. Entender la política de Gran Bretaña pasa inexorablemente por Margaret Thatcher, fue ella la que reconstruyó, desde dentro, la imagen de una nación que perdía peso en el mundo pero sobre todo su apuesta atlantista, puso fin a la Guerra Fría e hizo caer el muro de Berlín. Esta alianza Washington – Londres la llevo a no temblar cuando decidió el envío de fuerzas para recuperar a las islas Malvinas situadas a ocho mil millas de la Metrópoli. Ella misma reconoció que fue la más grave decisión que puede adoptar un premier, pero consiguió una subida espectacular en las encuestas lo que la hizo  ganar de nuevo unas elecciones. Esto sin embargo con ser efímero restableció la fe de los naturales de un país que languidecía. Quienes desde nuestro Ministerio de Asuntos Exteriores la han tratado la califican de puño de hierro en guante de terciopelo. Su muerte pone un punto y final a la época de cambios que ha experimentado Europa, logrando la libertad para un continente donde hasta hace no demasiados años se cernía el telón de acero. Sin duda que su patriotismo innegable no la dejo ver el anacronismo que sigue existiendo con Gibraltar, que más que piedra en el zapato fue un borrón en sus éxitos públicos. Si analizamos su ideología, no se ajustaba estrictamente a los parámetros conservadores, se centro en el ciudadano considerando al Estado como su sirviente y no como su tutor, apostó por el libre mercado, por sus reticencias a Europa y, a pesar de todo, por recuperar los valores victorianos. En definitiva apostaba por el liberalismo. Convirtió al Reino Unido en una sociedad competitiva y dinámica, siendo capaz de exportar los principios de la libertad económica por todo el mundo, junto a una imagen de liderazgo fuerte. Rompió los esquemas de su propio Partido y de la sociedad entera, que veían a una señora que podía ser su vecina pero de jefa de Gobierno, a la cual le acompañaba un hombre, su marido Denis, cuando aún en pleno Siglo XXI, desgraciadamente, eso llama la atención. Todo esto supone una revolución en la estricta sociedad inglesa. Ojala su estilo de servicio, su visión contraria a un Estado mastodóntico y su apuesta abierta por el individualismo se conviertan en un espejo donde mirarse los políticos y aplicar unas medidas, el thatcherismo, que han funcionado
Ángel  Gil

No hay comentarios:

Publicar un comentario