Las Cortes Generales son el Poder
Legislativo y no un plató televisivo de temas rosas. Quien convierte un
Hemiciclo en eso, a base de vociferar, hablar de novios o dar un beso, simplemente
se ríe de la institución y de los ciudadanos que, con nuestro voto y dinero,
los hemos situado allí. El espectáculo en la segunda sesión de investidura de
la noche del viernes siguió siendo bochornoso. Pablo Iglesias aporta un
lenguaje trasnochado que nos retrotrae al odio de los años 30 del pasado siglo
alzando el puño cerrado y no la mano tendida con un lenguaje incendiario. Tuvimos
una Guerra Civil por la revolución iniciada años antes y por el asesinato de un
dirigente político. Entre hermanos eso ya no, seamos capaces de dialogar, aun
desde posiciones distintas para mejorar siempre y nunca para recelar del otro. Y
en esta línea están los de ERC, que quieren solo romper. Hagan de una vez algo
para que no nos lleven al precipicio. España no se merece políticos así, y
menos en la hora tan crítica que vivimos. Ya sostuve hace semanas que una buena
retirada y a tiempo, es una gran victoria. Solo los grandes son capaces de dar
ejemplo con sus actos y pueden venir otros que regeneren o mejor hagan
catarsis. Se puede ganar pero hay que convencer y esto parece que es imposible
visto lo visto. La inacción de unos y la obstinación de otros solo ha logrado que
emerjan los soviets de infausto recuerdo para hacer que esto estalle. Asuman
sus responsabilidades quienes deben hacerlo y paguen con su adiós definitivo a
la política. El No por el No es tan perjudicial como la soberbia del yo o el
caos. Han tenido cuatro años para hacer y no para mirar hacia otro lado con
aquella frase hecha y manida del y ahora no toca. Antes de la convocatoria electoral,
a la que cada día estamos más abocados, siéntense, hagan borrón y pongan caras
nuevas. ¿Aún señores políticos no son capaces de caer en la cuenta que los
españoles sentimos un profundo hartazgo de todo lo que llevamos soportando?.
Llámenlo corrupción, abusos, soberbia, prepotencia, la no renovación de cargos
o el ver a etarras, de nuevo, en la calle. Todo esto hay que desterrarlo de la
vida pública por salud ciudadana. Nunca es tarde. Mientras, la figura de su
Majestad el Rey se consolida con su acertada postura, la Constitución le da el
papel de árbitro, y D. Felipe VI, lo está ejerciendo por el bien del conjunto
de los españoles. El guirigay de la sesión de investidura de Pedro Sánchez, con
gritos, levantadas de escaños y de pedir palabras cuando no se tienen, aprovechándose
de la bisoñez del presidente del Congreso y de creer que la tribuna de la
Cámara Baja son los monólogos del Club de la Comedia no pueden ya volver a
repetirse. Nuestro sistema parlamentario es antiguo, de aquí son y brillaron en
él, Castelar, Cánovas, Sagasta, Calvo Sotelo o Julián Besteiro, ¿por qué
algunos tratan de tirar a las cloacas nuestras Cortes con personajillos como
los que estamos ya soportando?. Sensatez, preparación y mucha cortesía
Ángel Gil
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