¡Bienvenidos a la república del Puch!. Se puede leer
nada más cruzar la frontera. Una bandera
estrellada marca el territorio. A los polis, los llaman mozos. Al Consejo autonómico
lo elevaron a Gobierno como si de un país se tratase. Los rótulos de los
comercios solo se escriben en la lengua de unos pocos. En el día de reflexión, ¡Colegios
abiertos y sin puertas!. ¿Hacen esto porque el frio, en ese lugar, asola y las
echan a la hoguera?. No, simplemente es para que las fuerzas ocupadoras o las
traidoras no usen silicona en las cerraduras y puedan seguir siendo okupas. En
este mundo de aldea pitufa se adoctrina a los peques de la maldad de España, de
la propiedad privada y la bondad de las comunas o del golpe de Estado al que
titulan libertad de decidir. Los niños van los sábados pre electorales a la
escuela y hacen hermosas manualidades pero sobre todo se les saca de sus
pupitres para que llenen las calles y vacíen las aulas pegando carteles para
que los mayores puedan votar lo que el Tribunal Constitucional declaró ilegal o
para invitar a unos señores, muy serios, de tricornio y que visten de verde que
se vayan de su república. Los que ocupan avenidas, sin autorización
gubernativa, y sorpresivamente faltando a su trabajo gritan repetitivamente como
aquellos simios en su planeta. En clase se enseña que la represiva España les
roba la pela, el euro, menos una cosa que inventaron con sus largas manos, el
tres por ciento para que la capitalona sea bona. Su asamblea autonómica la han
cerrado después de las coces a la Constitución con la Ley transitoria. En Puch, las urnas se importan de otra
república, tan democrática como ésta. Inspiradas en cubos de basura, son traslucidas,
por lo que al depositar los votos se guarda la intimidad. ¡Para que tanta Ley
de protección de datos española!. Lo traslucido es lo que alimenta la
democracia, así puedes redondear los votos al alza y sacar pecho. Esto es lo
que hicieron muchos alcaldes cuando esgrimieron sus varas, al grito de independencia.
Otra monada cinematográfica. Pero los súbditos de Puch ¿son autosuficientes?.
Dicen que las multinacionales se irán de la república y que ellos dejarán de
ser Europa. Pero siguen mirándose el ombligo. Redondo tampoco les va a salir a
los del negocio del futbol, de la liga de las estrellas a tercera regional.
Menos recaudación y fuga de piernas de pata negra con balón de oro. Menos mal
que con euros todo se arregla, aquellos que son otros voceros de la sedición
desean ahora seguir en la selección española o dirigirla para saborear una
Eurocopa y retirarse a un dorado paraíso. Y de éste ya poco hablan aquellos que
utilizan las iglesias para pedir, entre otras cosas, “por las
víctimas de la intolerancia del Estado español”. A la salida colocaron unas huchas para recaudar
fondos para los procesados que han recibido multas, entregaban papeletas del
referéndum independentista y con el puño en alto cantaban himnos. Releo el
pasaje de San Juan… “quitad todo esto de aquí no hagáis de la casa de mi Padre
un mercado”. Y esto último es lo que no deseamos cuando se empieza a hablar de
negociación. Mejor nos quedamos todos
unidos cumpliendo la Ley con Charlton Heston arrodillado en aquella playa
mientras elevando sus ojos mira la estatua de la libertad
Ángel Gil
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