domingo, 1 de octubre de 2017

¡Cataluña libre!


¡Bienvenidos a la república del Puch!. Se puede leer nada más cruzar la frontera.  Una bandera estrellada marca el territorio. A los polis, los llaman mozos. Al Consejo autonómico lo elevaron a Gobierno como si de un país se tratase. Los rótulos de los comercios solo se escriben en la lengua de unos pocos. En el día de reflexión, ¡Colegios abiertos y sin puertas!. ¿Hacen esto porque el frio, en ese lugar, asola y las echan a la hoguera?. No, simplemente es para que las fuerzas ocupadoras o las traidoras no usen silicona en las cerraduras y puedan seguir siendo okupas. En este mundo de aldea pitufa se adoctrina a los peques de la maldad de España, de la propiedad privada y la bondad de las comunas o del golpe de Estado al que titulan libertad de decidir. Los niños van los sábados pre electorales a la escuela y hacen hermosas manualidades pero sobre todo se les saca de sus pupitres para que llenen las calles y vacíen las aulas pegando carteles para que los mayores puedan votar lo que el Tribunal Constitucional declaró ilegal o para invitar a unos señores, muy serios, de tricornio y que visten de verde que se vayan de su república. Los que ocupan avenidas, sin autorización gubernativa, y sorpresivamente faltando a su trabajo gritan repetitivamente como aquellos simios en su planeta. En clase se enseña que la represiva España les roba la pela, el euro, menos una cosa que inventaron con sus largas manos, el tres por ciento para que la capitalona sea bona. Su asamblea autonómica la han cerrado después de las coces a la Constitución con la Ley transitoria.  En Puch, las urnas se importan de otra república, tan democrática como ésta. Inspiradas en cubos de basura, son traslucidas, por lo que al depositar los votos se guarda la intimidad. ¡Para que tanta Ley de protección de datos española!. Lo traslucido es lo que alimenta la democracia, así puedes redondear los votos al alza y sacar pecho. Esto es lo que hicieron muchos alcaldes cuando esgrimieron sus varas, al grito de independencia. Otra monada cinematográfica. Pero los súbditos de Puch ¿son autosuficientes?. Dicen que las multinacionales se irán de la república y que ellos dejarán de ser Europa. Pero siguen mirándose el ombligo. Redondo tampoco les va a salir a los del negocio del futbol, de la liga de las estrellas a tercera regional. Menos recaudación y fuga de piernas de pata negra con balón de oro. Menos mal que con euros todo se arregla, aquellos que son otros voceros de la sedición desean ahora seguir en la selección española o dirigirla para saborear una Eurocopa y retirarse a un dorado paraíso. Y de éste ya poco hablan aquellos que utilizan las iglesias para pedir, entre otras cosas, “por las víctimas de la intolerancia del Estado español”. A la salida colocaron unas huchas para recaudar fondos para los procesados que han recibido multas, entregaban papeletas del referéndum independentista y con el puño en alto cantaban himnos. Releo el pasaje de San Juan… “quitad todo esto de aquí no hagáis de la casa de mi Padre un mercado”. Y esto último es lo que no deseamos cuando se empieza a hablar de negociación. Mejor nos quedamos todos unidos cumpliendo la Ley con Charlton Heston arrodillado en aquella playa mientras elevando sus ojos mira la estatua de la libertad
Ángel  Gil

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