martes, 24 de abril de 2018

Libros por Abril


La primavera estalla mientras no cesan de abrirse esas otras hojas para que nuestra imaginación vuele y describamos a una persona o a un lugar de distinta manera a como lo hace otro igual. Es la magia de la lectura que inyecta rebeldía, vida y fantasía para ver en la ficción desde el color de aquel vestido a aquel héroe nacido de la entrega, o al corrupto más detestable, mientras nos llenamos de valores y estos nos sirven en situaciones cotidianas. Permítame que identifique mas en femenino eso de tener uno entre las manos mientras se espera en una terminal o cuando el vagón cruza un túnel hasta llegar hasta la próxima parada de Metro. El idioma es junto a la educación, cultura y fe, las mejores herencias que nos han podido legar. No pasa el tiempo por ellas pero siempre están ahí. Los libros son esos mundos paralelos al nuestro en los que nos zambullimos mientras se niega la realidad para tomar partido, para ser del protagonista o de aquel secundario que sin mucho brillo, tal vez en la mente de su escritor, ha sido capaz de hacernos pensar. Es siempre el combate entre lo real y lo imaginado, una frontera que puede romperse para terminar como la mente del Quijote. Pero ¿y Sancho?, ¿representa la cordura?. Mejor que Cervantes terminase su obra como la hizo y así nos regaló la obra cumbre de la literatura universal. Todos somos antes que lectores aquellos que escuchábamos usos o costumbres cuando nuestras sombras nos perseguían detrás de una pelota o cuando el cemento dejaba marcas en las rodillas tras caernos de una bici. El Quijote siempre se lee en dos fases, cuando te obligan y entonces lo dejas y cuando tu vida avanza que solo entonces llegas a su final. Mi infancia se batía entre el Capitán Trueno y los contrabandistas, espías, ladrones y tesoros  de “Los Cinco” (Ana, Dick, Julián, Jorge y el perro Tim) mientras recorrían los pasadizos secretos o galerías. Así cuando en aquellas mañanas de los sábados de invierno pasaba por la Vieja Melilla mi mente volaba por la Puerta de Santiago o cuando con mi familia íbamos al Savoy o a Casa Sadia, veía con ojos de asombro a aquel hombre del lunar que usaba sus barcos en Tres Forcas cuando caía la noche o aquel comisario marroquí que siempre tomaba su whisky con su espalda bien pegada a la pared. La primavera es la fiesta del libro mientras largas colas aguardan en el Retiro a tener en persona a aquel que es solo un nombre o una foto impresa en una portada.

En este 23 de Abril reelemos a Cervantes:

“Yace aquí el Hidalgo fuerte

que a tanto extremo llegó…
Morir cuerdo y vivir loco”        Ángel  Gil

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