Que antes te comías el mundo, y ahora…también.
Solo que con la experiencia lograda a base de aprender cuando subes o bajas, te
estancas pero piensas en la remontada. Leía ayer en “yo dona”, que Rafa Nadal
está entre los más interesantes porque sabe ganar o perder con la misma
elegancia e inteligencia. Pues eso, el saber estar que puede aparecerte en las
mil esquinas de la vida. A nuestro campeón aún le quedan dos décadas. A los
cincuenta le llaman la segunda juventud y hablamos fundamentalmente de lo
profesional. El cambio les llega más a ellas que a ellos, sobre todo porque se
han reinventado. Según Rita Radl Philipp, catedrática de Sociología y Directora
del Centro Interdisciplinario de Investigaciones Feministas y de Estudios de
Género de la Universidad de Santiago de Compostela, "La mujer tradicional va asumiendo un
nuevo rol y, a partir del año 85, que se produce el mayor incremento de mujeres
en el sistema universitario y las alumnas superan por primera vez a los
alumnos, se asimilan aspectos
identitarios que van más allá del ámbito doméstico",
Continúa la socióloga que el modelo a seguir, tanto por unos como por otras, es
el de la eterna juventud. No crea que nos quiere inducir a un pacto con el
diablo como si fuéramos Fausto, solo que quiere sacar lo mejor de cada uno, la
ilusión por vivir y las ganas diarias por aprender. Se dice que los cincuenta
son los nuevos treinta. Plantéese que hacía con esa edad, cuáles eran sus
expectativas y las carencias que todos hemos tenido. Ahora seguro que hubiese
afrontado aquello de otra manera, pero aún no han inventado la máquina del
tiempo. A la altura de ésta columna no piense en que reivindico el cambio de
ropa para parecer uno o una de quince, solo lo hago centrado en la mente y que
ella nos haga disfrutar de otra forma, lograr lo aún no alcanzado y mirar con
otros ojos. Esos que ahora necesitan unas gafas para leer, no deje de hacerlo y
elija el modelo que le siente mejor a su cara. Viva entonces el hoy y que el
espíritu de la Navidad que ahora celebramos nos dure todo el año. Eso es lo que
estamos a punto de estrenar, escriba en ese libro de pastas duras en cada
página, pero hágalo porque siempre es mejor protagonizar su existencia que ir
de espectador para pensar aquello de pudo haber sido y no fue. 50, la L romana
que aprendimos en las aulas y que suena a labrar, lección, libertad, latido, locura,
laborar, y Ley. Medio siglo que nos ha hecho estar a caballo entre el XX y el
XXI. Disfrutar con el carro de bolones jugando en una calle a ser posible con
cuestas y navegar por internet. Sentirnos más mayores por ir a una clase mixta
en las Monjas o participar en una declaración por videoconferencia. Bienvenidos
a esta nueva década. En mi primer año largo… tanto bueno por contar. ¡Feliz Nochevieja!
Ángel Gil
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