En este Enero, amanece Madrid con una
densa niebla que no puede tapar el atuendo vergonzoso de los Magos de Oriente
ni la desvirtuada Cabalgata de una Carmena que no respeta ni la inocencia de
los niños. Suena de lejos un carrillón cuando aun reparten maletines por
credenciales. La incógnita de Mas ha salido con signo menos, capitulando y con
sabor a un fuet caducado para la Europa del siglo XXI. Mientras, de escándalo es
el presupuesto para taxis en el Congreso, tres mil euros año por escaño, con lo
rápido que se viaja con el abono transporte bajo tierra y al módico precio de
655 euros anuales. ¡Ay señorías!. En las Cámaras, las matemáticas se han puesto
de moda, tanto como la eterna escena del sofá o la erótica del poder, pasando
por los extraños compañeros y compañeras de cama o “El abrazo”, que solo queda
en un lienzo sacado de los sótanos. En Jovellanos, en torno a una mesa, se
hacen todos los repartos del mundo. Hay muchas sillas, en verdad no sé si
tantas como apetencias se ven. Hoy por ti y mañana por mí, siempre por mí pero
adorándote a ti. Da igual quien sea, de donde venga y su capacidad, pero
siempre que sepa hacia dónde va, la poltrona, y que diga “si bwana”, en español
que sea disciplinado y palmero. Los barones fijan todo para el día 13, mientras
de fondo suena Carminho…si alguna vez preguntas el porqué, no sabré decirte la
razón, ni una sola palabra que aquí se acaba la historia. O empieza, la de
muchos que ni soñando esperaban estar donde están. Sin embargo sobre todos
pende la espada de una repetición electoral, en la que los ciudadanos nos
preguntamos cuál será el futuro que nos aguarda. El presente sabe a víspera de
comenzar colegios, de acudir a los gimnasios o de hacer kilómetros por el paseo
marítimo. De buenos deseos y propósitos por cumplir. Sigue preocupando el paro
o la corrupción, cuando a primeros de ésta semana volverá a ser el centro de la
vida nacional un Juicio, Noos, lleno de testigos y de investigados sentados en
el banquillo. “La mejor receta
para la novela policíaca, señalaba Agatha Christie, es que el detective nunca
sepa más que el lector”. Hace cuarenta años nos dejaba la reina del crimen que
murió sin matar a nadie. Y esto último es Donald Trump, por utilizar la imagen de
Melilla en vano. Cinematográfico sí, pero sin querer entrar como nadie en lo
que pasamos los melillenses con las avalanchas del perímetro fronterizo y con
los menores que aun siguen deambulando por las calles. Esas que se llenan para
ir a hacer cambios de Reyes a las tiendas y para encontrar chollos de rebajas.
A las intrigas no les llegan los descuentos, pero sí en cambio los desengaños.
La Taberna del Cojo, era el bar del Congreso, que según Alfonso Ussia “es el
mejor lugar del parlamentarismo español que fue convertido por Peces Barba en
biblioteca sin lectores”. Los bares de las Cortes fueron y siguen llenando
columnas, de eso doy fe. Ángel Gil
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